Cuando la vinicultura era importante para la economía de la Provincia de San Juan y los sanjuaninos existían 359 bodegas inscriptas, de las 2.095 de todo el país, siendo la tercera industria nacional. (Censo 1965) Casi el 25% de la población sanjuanina se dedicaba a la vitivinicultura; es obvio destacar su importancia como gravitación social en el medio. El rito de la cosecha, traslado y elaboración, parte de nuestro folclore popular, nos hacía un provincia pujante y en crecimiento. Junto a esta industria existía una muy importante movida cultural, que el tiempo u otros intereses ha desvanecido. Y ahora los carruajes se llenan de cerros, piedras y minerales que no conocemos, como conocemos a un espectacular racimo de uva blanca o negro cayendo en copas con exquisitos vinos. José Mazuelos, fotógrafo profesional plasmó en la fotografía, la historia de una vendimia de la década de 1940, y desde Pocito a la Bodega Graffigna, hizo el camino del racimo, el sacrificio de los bueyes en su traslado, hasta llegar a la bodega y volcarlas en los lagares, para empezar su elaboración. Toneladas de racimos de uva eran los "culpables” de los exquisitos vinos que San Juan producía, siendo los mejores del país.

Cosecha y elaboración en Bodegas Graffigna, año 1942. (Fotos: José Mazuelos)

 

Cerca de mi casa existían varias bodegas, que mucho más allá de elaborar el vino, eran una atracción que hacía un turismo muy importante. Ahora ya no son ni siquiera un recuerdo, algunas derruídas y olvidadas o transformadas en depósitos olvidándose los beneficios que dieron a la provincia y a sus habitantes.

Por Leopoldo Mazuelos Corts