Señor director:

Decir Valle Fértil es como decir “Valle imantado”. Este departamento sanjuanino tiene un poder de atracción por su belleza y fertilidad, debido al lugar que está rodeado de sierras y una importante variedad de yuyos medicinales que purifican el aire y el crecimiento vegetal. También se cuenta con un río que contiene agua cristalina, tranquila y abundante. Todo bordeado de cactus o cardones, donde se pueden pasar horas de meditación, escuchando sonidos de pájaros, que brindan su toque especial a la naturaleza con sus cantos. Entre ellos están los zorzales, pitojuan, perdices y chuñas, entre otros. Las horas del día brindan tantas cosas lindas que, por ejemplo, al despertar, el croar de una rana o un sapo a lo lejos, invitan a seguir conociendo este territorio encantado.

Al comenzar la noche se escucha el infaltable chillido de la chicharra y coyuyos o una agorera lechuza como anunciando la hora para el descanso, también el arrullo de las palomas o el vuelo rasante de algún cóndor. Y, como corolario, el chillido de algún grillo en la lejanía. También se yerguen en la geografía, los altos cactus centenarios de 3 metros y flores de 25 centímetros, como posando para una cámara fotográfica o filmadora. Así es este “Valle Fértil imantado”, vergel de la esperanza, que recibe con los brazos abiertos a todos quienes quieran visitarnos.