Señor director:

Había una vez un hombre que construyó una hermosa rotonda y plantó árboles (aguaribay), soñando con todo lo que un árbol aporta a nuestro planeta y a nuestra vida. Esto sin saber que algunas personas todavía no saben vivir en sociedad, a los que sólo les importa su propio espacio. Esta no es una simple historia, sino la realidad de cómo quedó este sueño por la actitud de un solo vecino. Esto pasó en Villa Tacú, Zonda, en la rotonda Las Palmeras. La foto muestra el estado en que quedó el árbol con su tronco y ramas quemadas, como también el suelo, donde había pasto. 

Mabel Rodríguez 
DNI 16.332.199