Señor director:
Soy un lector cotidiano de vuestro diario. Me gusta ver las propuestas y buenas ideas que los ciudadanos manifiestan en estás páginas. Siempre, pensando en un San Juan más grande, más desarrollado y mejor en todas las áreas de la vida en comunidad. Es por ello que también quiero sumar mi aporte con una situación que también ha sido expresada en estas páginas en distintos momentos desde hace varios años. Se trata del lavado de veredas en el centro de la Ciudad Capital, como en otros sitios comerciales departamentales.
Realmente, el problema es grave, debido a que los comercios frentistas, en su afán de higienizar el ingreso a sus negocios, lavan las veredas con detergente y mucha agua. Si bien es cierto es una obviedad, el agua cae al asfalto, lo que se transforma en ríos que buscan siempre el declive.
Como consecuencia, la erosión del asfalto que provoca esa acción, concluye con roturas, baches y destrozos múltiples en el material bituminoso. Para colmo, esas roturas, con suerte, se solucionan con un "bacheo”, con material muy pobre en su composición, lo que provoca nuevas roturas.
Hasta hace algunos años, la forma de limpiar y dar brillo a las veredas, era el lampazo. Esa práctica se ha dejado de lado. Creo que sería bueno para el medio ambiente que cambiemos esta actitud de lavar las veredas que afecta a todos. O bien, hacerlo de manera esporádica, con medidas que impidan que el agua llegue a la calle.