En la Argentina se ha naturalizado tanto la barbarie, que la mayoría de la ciudadanía parece estar anestesiada. La vergüenza mundial por la salvaje agresión a los futbolistas del Club Boca Juniors, por parte de hinchas de River, para muchos es hasta algo "folclórico”. Esa circunstancia dio pie para que los hambrientos de poder quieran ganar réditos políticos. Se trata de conspiradores y golpistas de la democracia, que utilizan cualquier situación para ganar el favor electoral. Argentina se transformó en el país de la barbarie. Es que en 35 años de democracia, sólo se vio a políticos, sindicalistas y de otros sectores, que usaron el poder para usufructuar de él para beneficio propio y sectorial. El narcotráfico, la mala de educación, la carencia de valores morales, los cortes de ruta y calles, se oficializaron, pese a que la Constitución Nacional no los contempla como derecho, más bien dice todo lo contrario. Se han promocionado más las conductas de reclamar sólo derechos, sin tener en cuenta ningún tipo de deberes. Se acostumbró al pueblo a vivir gratis, cobrando dinero sin trabajar y exigiendo todo tipo de beneficios para hombres y mujeres en edad de producir. Sin embargo, usando el poder corporativo, se vuelven extorsionadores del gobierno de turno. Pero es que en la vida siempre hay dos caminos para elegir: el bien o el mal. En este caso, ya lo enunciaba el prócer sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento: civilización o barbarie. Elijamos ser civilizados.

 

Ramón Ochova   DNI 16.931.748