Señor director:

Días pasado, y para estrenar la tarjeta SUBE, decidí ir a Rivadavia. Fueron días distintos. Lo que coincidía de mis viajes es que los hice en colectivos. Primero en un micro de la línea 42 de la empresa La Positiva, luego en uno de la línea 12, de la Empresa Alto de Sierra. No recuerdo los internos, pero sí, y con mucho desagrado, la falta de higiene en su interior. En el colectivo 42 el pasamanos estaba impregnado de una sustancia un tanto pegajosa y/o melosa, de mal olor.

Mientras que el de la línea 12, sus asientos con mugre y residuos me obligaron a viajar parado.
No uso casi nunca este medio de transporte. Pero creo que a partir de ese desagradable hecho, lo pensaré dos veces antes de viajar. Pregunto: ¿no existen inspectores de la Dirección de Transporte que observen la higiene, seguridad y condiciones de salubridad de los colectivos? Pareciera que la limpieza no es importante ni para las empresas ni para el Estado.

Allí se juntan alternativas de posibles contagios de enfermedades. Son movilidades que utilizan miles de personas cada día y por ello, y porque es obligación de la empresa, presentar en condiciones higiénicas a cada colectivo, porque el usuario paga por el servicio.