Señor director: 

Hace unos días miraba por televisión una nota que le hacían a un médico. Se trataba sobre las consecuencias en la salud de las personas que viajaban en colectivo. Los traumatismos que producen los golpes al pasar por sobre los reductores de velocidad, llamados también "pianitos”, como también por baches de distintos tamaños. Las consecuencias son gravísimas.

 

Si mal no recuerdo, se pueden producir daños irreversibles en órganos vitales del cuerpo. Incluso explicaba que tuvo que extraer un riñón, luego de que el micro pasara por un bache. 

Esto que digo, no es con la intención de sembrar miedo, ni nada que se le parezca, sino que las autoridades correspondientes como los empresarios del transporte tomen cartas en el asunto y busquen la posibilidad, de que los vehículos de transporte público, realmente tengan buena amortiguación y el confort que los pasajeros necesiten, ya que pagan por un servicio deficiente. Y, no cómo ahora, que la amortiguación es nula y el viaje se vuelve tortuoso, aunque sean pocas cuadras.