Señor director: 


Los pilares fundamentales de una democracia son: la división de poderes, la rotación de los cargos públicos y 
la publicidad de los actos de gobierno. Con la era de Internet, una importante cantidad de personas conocieron la libertad y la posibilidad de demandar sus derechos a decir, escribir, decidir, votar y ser votados. 


Claro está que existe un conjunto de tiranías, asociadas a un temperamento demagógico que busca perpetuarse en el poder para sus propios privilegios y para el someter a sus semejantes. 


En esos países donde Internet se encuentra restringido, no existe rotación de gobernantes, sino más bien una permanencia absoluta. Tampoco hay allí división de poderes, pues el Legislativo sólo sanciona leyes que ordena la casta gobernante. También los jueces aplican leyes sólo en beneficio del poder político. 


En estos países no se observa publicidad de los actos de gobierno. Claro que la oposición política tiene una función muy indispensable en combatir al tirano. Pero más importante es el rol del periodismo, nacional e internacional.  


La mayoría de las veces, la prensa nacional tiene las manos atadas, y le cuesta revertir esa situación. Pero el mismo combate para desenmascarar a la tiranía se inicia y desarrolla desde la opinión pública, reflejada por el periodismo independiente. A través de la libre información se debe ventilar todo aquello que los gobiernos pretenden ocultar.