Señor director:

A lo largo de la historia el hombre ha cometido errores en su sistema de alimentación y de su estilo de vida. Con el tiempo degradó los alimentos, se habituó a llevar una vida sedentaria, lo cual lo condujo a su degradación orgánica. Al mismo tiempo ha contaminado las aguas y los alimentos. Mientras que la polución del aire alcanzó niveles insospechados. Por otra parte, el hombre envenenó la tierra, desertificando el suelo hasta ahora fértil. Pero estamos a tiempo de corregir tantos desatinos, para lo cual es forzoso un sabio retorno a la naturaleza, aprovechando los adelantos técnicos que conduzcan a un mejoramiento del equilibrio físico, mental y espiritual del ser humano. En esta labor de renovación natural deben participar en forma coordinada tanto los gobiernos, el cuerpo médico y toda la población. Esto con el fin de obtener un éxito seguro. Dijo Montaigne: "Todo camino que lleve a la salud, no puede resultar ni áspero ni caro". A lo cual nosotros agregamos que la salud no es algo que se compara o se vende en los consultorios médicos ni en las farmacias. La salud no se mendiga; la salud hay que merecerla, viviendo en armonía con las leyes de la naturaleza, como lo preconiza la medicina naturista.