Señor director:

Días pasado leí en esta misma sección del diario una crítica sobre la localidad de Barreal, en Calingasta en la que se señalaba la falta de una oferta turística un poco más atractiva. Debo señalar que esa situación se refleja en otros puntos de la provincia como los departamentos Iglesia y Jáchal, donde si no fuera por los atractivos naturales con los que se cuenta, no es mucho lo que se ofrece para retener por más de tres días a un turista que llega hasta esos lugares.

En los sitios turísticos más cercanos como la Quebrada de Zonda, en Rivadavia, o el camino que conduce al paraje Difunta Correa en Caucete, lo común es encontrar lugares poco cuidados, deteriorados y con falta de mantenimiento. No todo es culpa de los municipios o del gobierno, sino de un mal enquistado en la provincia, representado por vándalos que acostumbran destruir todo lo que encuentran a su paso. En la Quebrada de Zonda han dañado parrilleros, mesas y sillas dispuestas en la zona verde y los bustos y otras instalaciones del Jardín de los Poetas, en tanto que en el camino a Vallecito han sido vandalizados los refugios construidos a lo largo del camino y la cartelería de la Ruta 141. Una pena.

Jorge Eduardo Guzmán
DNI 13.087.972