La idea de festejar el “Día del Niño”, surgió el 20 de noviembre de 1959. La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, (ONU) tuvo una reunión en Ginebra, Suiza en la que decidió reafirmar los derechos de los niños universalmente. La Argentina se adhiere recién en 1960. Hasta el siglo pasado, se homenajeaba el día de los infantes en dos fechas, que mucho tenía que ver la Religión Católica: el 25 de diciembre y el 6 de enero.
En la actualidad se agregó en el país, el tercer domingo de agosto, para alegría de los niños, pero no todos. Hoy ser niño es un tanto complicado. Existen más derechos, pactos, tratados, leyes, protegiendo a los niños. Sin embargo, los niños de hoy sufren más agresiones y de todo tipo, por parte de los mayores.
Los niños de hoy pasan hambre, sufren drogadicción que hacen estragos en sus mentes. Muchos no saben leer, no son ellos los culpables, sino son los adultos que pareciera que les han soltado la mano. En mi época de niño no había un millón de niños que no cenaban o niños robados para negocios de adultos. Éramos respetados, éramos felices.

