Por Dr. Raúl De la Torre
Abogado, escritor, compositor, intérprete
Nos honró con sus verdades en puño. En una madrugada, cuando las horas apuntan a la bendición de un nuevo día, se ha llevado su palabra vibrante y sincera. Nos faltará quien proclame verdades de nuestro tiempo con ingenio y sin maldad, con arte y sin rencores. Su torbellino de realidades expresadas con sabor y valentía desde la tribuna de un escenario dignificado, será extrañado. Hoy escasean los de su talante y virtuosismo; la humorada fácil y superficial, muchas veces expresada desde profundas ignorancias de nuestra realidad de los últimos sesenta o setenta años e incluso de la actualidad, nos hará extrañar más el talento de este hombre.
Tuvo el don de decirnos las cosas que nos ocurren desde un sitio descarnado pero con respeto. Pronunció la política desde el difícil parapeto del arte. No confesó nunca una filiación partidaria, aunque contó que siempre votó radicales; pero a ellos tampoco les ‘perdonó la vida’’ cuando advirtió equivocaciones, tales sus ácidas críticas a la Alianza, coalición básicamente del radicalismo de derecha con la centro izquierda peronista.
Pinti fue honesto. Nadie hubiera podido enrostrarle alguna mentira en sus descarnados discursos desembozados en un desenfreno a borbotones de hechos, imágenes y curiosidades de nuestra realidad. Él acomodaba todo este equipaje de desencuentros, promesas vanas y constantes fracasos de un país tan extraño como el nuestro en una enorme valija que al abrir estallaba en flores, trompazos y lenguaje callejero, con el aliño de un buen componedor de la realidad.
Fue junto a Tato Bores y Antonio Gasalla un filósofo mordaz y delicioso de lo ingrato, lo que como argentinos nos duele, expresado con la maestría de los genios. Desde él resaltó la discordancia con quienes actualmente se encargan de ese análisis tan delicado y pretenden una ironía que generalmente se desfigura por el resentimiento, el escaso ingenio y la ignorancia. La generosidad de las redes, que permiten la tribuna de cualquiera, genera despropósitos y muchas veces causa desagrado y daño. Por eso extrañaremos al talento de estos genios.

