Los humanos siempre hemos intentado anticipar el futuro con nuestra imaginación y con todos los recursos disponibles a nuestro alcance, porque son las imágenes que tenemos del futuro las que nos hacen decidir las cosas qué nos convienen y por las cuales vale la pena hacer el esfuerzo ahora, a pesar de todas las dificultades. Hoy sentimos que la tecnología y la globalización han generado un cambio de paradigmas en todo el mundo, modificando prácticas comunitarias y laborales. La pandemia marca un antes y un después en los cambios de una cultura. El cambio epocal además es tan profundo, que algunos creen que más importante que lo que uno sabe y conoce, es lo que somos capaces de aprender y, en muchos casos, hay que aprender a desaprender si queremos avanzar hacia un porvenir mejor. Por eso, varias instituciones tienen serias dificultades para funcionar con estos nuevos axiomas.
Gestionar el tiempo
Por eso es tan importante asumir el desafío que supone gestionar este tiempo en la perspectiva de proyectos complejos. Para poder hacerlo es necesario identificar algunas de las características por las cuales estos tiempos son tan difíciles. Existen al menos tres razones:
- – Tecnológicas: los avances tecnológicos y particularmente los vinculados a la conectividad y el acceso universal a grandes bases de datos e información a través de un teléfono celular, han "democratizado” el acceso al conocimiento como nunca antes había sucedido. ¿Qué decir y esperar de la virtualidad en la educación, el trabajo y tantos otros sectores; la robótica, la realidad virtual, la inteligencia artificial, Internet de las cosas, la impresión 3D? Y la lista sigue.
- – Socio-Contextuales: a los graves problemas económicos y el aumento de la pobreza se suma el riesgo de una escandalosa inequidad y exclusión social, la tensión entre el impulso globalizador y las prioritarias necesidades locales, la difusión más veloz de las comunicaciones, la aparición de nuevos problemas producidos por el cambio climático, el delito y la droga, un reclamo de mayor equidad y la preocupación por las políticas de género, igualdad e inclusión, o las grietas y los desencuentros políticos, son algunos de los nuevos desafíos a los que nos enfrentamos.
- – Organizacionales: todavía la economía, la salud, la educación, la cultura, la política y la mayoría de las actividades de nuestra sociedad, se desarrollan a partir de estructuras y organizaciones que fueron creadas en el siglo pasado para, del mejor modo posible, ofrecer soluciones a las demandas de aquellos años.
Ahora, frente al cambio epocal, sienten que no están preparadas para responder a realidades tan complejas y están interpeladas a innovar, con los riesgos y costos del cambio y de aventurarse a un mundo desconocido en permanente mutación.
¿Cómo creo que me afectará a mí este fenomenal impacto? ¿Seremos capaces de reconocer los beneficios de los avances tecnológicos y ponerlos al servicio de lo humano? ¿Podremos superar el asombro y proponer estrategias superadoras de esta complicada realidad?
Es urgente darse cuenta a tiempo de todos estos cambios. De nuestra capacidad de resiliencia, la lucidez para identificar dónde estamos parados y hacia dónde vamos, la estimulación de la imaginación y creatividad y la incorporación de nuevas competencias que reclama este tiempo, depende dramáticamente nuestro futuro. ¡Todavía estamos a tiempo!
Por Gustavo Carlos Mangisch
Director de Innovación y Calidad en Educación del Espacio Excelencia y de la Maestría en Nuevas
Tecnologías en Comunicación (UCCuyo)
