Las reformas que permiten a empresas privadas invertir en energía por primera vez desde la nacionalización del petróleo en 1938, tendrán que empezar a atraer grandes inversiones extranjeras muy pronto. De lo contrario, podríamos ver una reacción política que pondría fin a varias décadas de presidentes "tecnócratas” pro libre mercado.
Esto se debe a que en las últimas décadas, los presidentes mexicanos han prometido traer prosperidad gracias a reformas de libre mercado, pero no han logrado hacer subir los mediocres índices de crecimiento. Si México sigue creciendo a paso de tortuga, no sería nada extraño que los votantes se vuelquen a la izquierda, porque es la única opción que les resta probar.
Esta semana, en su discurso anunciando las nuevas leyes, Peña Nieto dijo que la reforma energética "superamos décadas de inmovilidad”. Muchos economistas privados coinciden. "El impacto económico de la reforma energética será espectacular”, me dijo Gabriel Casillas Olivera, del grupo financiero Banorte.
Según las proyecciones de Banorte, la reforma energética atraerá U$S 7000 millones en nuevas inversiones en 2015, U$S 12.000 millones en 2016, U$S 20.000 millones en 2017, U$S 29.000 millones en 2018, U$S 40.000 millones en 2019 y U$S 50.000 millones en 2020. Esto ayudaría a que México tenga un crecimiento económico de un 2,7% este año, 5% en 2015; 4,5% en 2016 y de 5,5% en 2017, según las proyecciones del grupo. Casillas Olivera califica estas cifras de "conservadoras”. El FMI proyecta que la economía de México crecerá 2,4% este año y 3,5% en 2015.
Sin embargo, existen varios riesgos. El geológico, de que las reservas de lutita bituminosa, "shale oil”, y petróleo líquido de México no sean tan fácil de explotar, lo que podría desalentar a potenciales inversores. También de que la violencia del narcotráfico pueda ahuyentar a los inversores. Y el riesgo político de que los partidos de izquierda convoquen a un referéndum para revertir las reformas o que el gobierno diluya la implementación para evitar protestas callejeras (como ocurrió con la reforma educativa).
Por el momento, los mexicanos están a la expectativa. Aunque según una encuesta del 6 de agosto del diario Reforma, el partido gobernante, el Partido Revolucionario Institucional, ganaría las elecciones legislativas de 2015 con un 40% del voto si se celebraran hoy, y los partidos de izquierda solo obtendrían 23% del voto. Mientras que un considerable 40% desaprueba las reformas energéticas y un 61% teme que encarecerán la electricidad y la gasolina.