Esta semana hubo escaramuzas en torno a la segunda fuerza política de San Juan: Producción y Trabajo. Y es que el diputado basualdista José Peluc se animó a echar de su cargo a la vicepresidenta del partido de Mauricio Ibarra, por estos días, el principal socio político del senador Roberto Basualdo, líder virtual de Producción y Trabajo. La discusión es por un cargo de menor cuantía, pero pinta a la perfección el perfil de los actores de la novela y expone un acuerdo que, aparentemente, está cerrado, y que al conocerse, despertó celos por el nombre del protagonista de este +culebrón opositor+. Muchos, luego de lo ocurrido en la semana, le dieron el protagónico al diputado nacional Mauricio Ibarra y eso fue lo que desató la tormenta de voces dentro y fuera del basualdismo. ¿Está cerrado el acuerdo Basualdo-Ibarra para que el diputado vaya como primer candidato del basualdismo y tenga chances de quedarse con la banca que hoy ostenta? El primero dice que no y repite que quienes quieran ser candidatos va a tener que ir a una interna. El segundo porque le conviene- dice que sí. Igual, una cosa es decir, y otra es hacer: las señales esta semana fueron de Roberto Basualdo para el exintendente y eso nadie lo puede negar. En la disputa por el cargo de menor cuantía, Basualdo optó por dejar bien parado a Ibarra y no a José Peluc, el diputado que ya dejó de especular para decir bien clarito que está trabajando para convertirse en candidato a diputado nacional. ¿Cómo cayó el estelar de Ibarra en el entorno del legislador? muy mal. Al punto que esperan a Basualdo para que les dé explicaciones. Hasta Rodolfo Colombo, uno que no es de las filas basualdistas, aguarda con ansias el retorno al país del senador. El rubio ostenta varias elecciones sin ganar más que algunas concejalías y espera para saber qué pasará. No le gusta Ibarra y se lo ha dicho al senador. A su vez, no puede ni pensar en ir solo a una elección porque volverá a perder, por tanto el acuerdo entre Basualdo e Ibarra lo dejaría fuera de competencia o, al menos, en una incómoda situación, ya que debería olvidar todo lo dicho en los medios contra el rawsino, poner la mejor cara de +aquí no ha pasado nada+ y salir en la foto con Ibarra. Basualdo tiene que definir su noviazgo y, parece, ya eligió.

La cosa es más o menos así: José Peluc, quién pisó el acelerador a fondo en su carrera por una banca en el Congreso, echó a Virginia Branca de una asesoría en la Cámara de Diputados. Branca acaba de ser elegida, nada más y nada menos, que vicepresidenta del Confe, el partido de Ibarra. ¿El argumento? Peluc dijo que la mueve porque necesita a alguien que lo acompañe en sus +giras+ departamentales en busca de la banca en Diputados Nacionales y que Branca, por motivos personales y por su flamante cargo en la agrupación ibarrista, no lo iba a poder seguir. La explicación es cuanto menos ridícula, por tanto, inexistente. Por supuesto que la respuesta no convenció e Ibarra quién, ya ducho en este tipo de trifulcas, salió a decir que no sabía nada, cuándo ya había charlado el tema con el senador, por estos días en Miami siguiendo sus inversiones inmobiliarias. Según Ibarra, Basualdo le dijo que lo de Peluc no se había charlado y que el diputado provincial decidió por sí sólo expulsar a Branca. En definitiva, marcó la cancha en favor el legislador nacional, le guste a quién le guste. Al publicarse la respuesta basualdista nadie, ni siquiera el senador, salió a contradecir lo impreso en DIARIO DE CUYO. Ergo, es real.

La acción de Basualdo, mediando el conflicto a favor de Ibarra, disparó en el entorno de ambos la confirmación de la especulación que hace la mayoría: Basualdo e Ibarra ya acordaron que el rawsino sea el candidato en primer término a una diputación nacional de la oposición. A Ibarra el esquema le conviene, ya que en la práctica cruel de los números, sería la única oportunidad que tiene de mantener su banca y no quedar afuera del sistema y al margen de toda intención política. Si las cosas van como se supone, Gioja saldrá casi con los mismos jugadores a la cancha: Daniel Tomas, Margarita Ferrá la única en duda, según dicen-, y Graciela Caselles, la bloquista. Si se hicieran las elecciones este domingo, y con los nombres que se exponen anteriormente y tomando las últimas encuestas, Gioja se quedaría con las tres bancas que se ponen a consideración popular. Es decir, la oposición tiene muy pocas chances y, de lograrlas, sería sólo el primer candidato el de la oportunidad, ya que el resto sería solo de apoyo. Ese análisis hace el diputado nacional y por ello, ante el error de Peluc, salió esta semana a abrirse la camisa para gritar a los cuatro vientos que tiene el apoyo de Basualdo. Si se lo mira fríamente, es matar o morir para Mauricio Ibarra, pero para el empresario casi que es una elección más. La importante fue la de 2011, donde logró mucho más de lo que esperaba. Por supuesto que ganar no le disgusta a nadie, pero él sabe que si se acerca demasiado irá quemando naves para la grande, que será en dos años más. Eso también es materia de análisis en el entorno del senador.

¿Qué pierde Basualdo asociándose con Ibarra otra vez? El rawsino no ha cosechado demasiados amigos en los últimos años. Se peleó fuertemente con Rodolfo Colombo, quién a pesar de no haber ganado nada, conserva algún un capital político, lo que no es poco. Es bien factible que la bronca entre Ibarra y Colombo llegue a poner a Basualdo en el medio de un +él o yo+. Es un riesgo para el basualdismo ya que, por ejemplo y haciendo un poco de futurología, Colombo puede tener alguna chance en la elección a intendente de la Ciudad de San Juan en 2015. Marcelo Lima, al menos con esta Constitución, ya no puede repetir. El oficialismo ofrece una paleta de candidatos, aunque ninguno con firmeza abrumadora. Si se ve hacia adelante y frente a la supuesta sequía oficialista, es factible que Colombo resulte un buen candidato capitalino. Basualdo analiza también esas posibilidades. La UCR. No hay nadie en ese partido que tenga ganas de hacer nada con Ibarra, por lo menos en estos días. Es juntar radicales con peronistas otra vez y ninguno parece tener ganas de reeditar tiempos +aliancistas+. Y la lista sigue.

A la inversa, ¿qué gana Basualdo? Más allá de la lógica de una banca en la Cámara Baja, obtiene a su lado un político que le garantiza todo lo que la gente que lo rodea no: sed de victoria. Y un acuerdo que, bien trabajado, podría ir haciéndose fuerte en cantidad de adeptos a medida que pase el tiempo: no es Ibarra precisamente un +estático+ de la política. Paradójicamente, es justamente esa característica lo que hace que el entorno de Basualdo tenga desconfianza de Ibarra. Veremos en pocas semanas qué ocurrirá, ya que tampoco hay tanto tiempo si es que el deseo internista de Basualdo quiere ver la luz.