En su show televisivo ficticio, interpretado por el comediante británico Sacha Baron Cohen, Bruno invita a sus invitados a sentarse sobre hombres que están en cuatro patas, mirando el piso con una mezcla de aburrimiento y resignación, y con todo el aspecto del estereotipo de los migrantes mexicanos, bigotes densos incluidos.
"Adelante, tome asiento en uno de nuestros maravillosos sillones", le dice Bruno a su atónita invitada, la cantante pop Paula Abdul. "Son nuestros sillones humanos mexicanos. Demi Moore tiene dos en su casa". Todo el cine estalló en carcajadas. Una parte de mí se unió a las risas y otra parte pensó: "esto es de mal gusto". La mayoría de los mexicanos no lo ven con mucha gracia.
"No hay memoria de una percepción mundial más depresiva de México", escribió el ex vocero oficial José Carreño Carlon en El Universal, este miércoles. "No más mexicanos altivos, románticos ni ingeniosos en el estereotipo mundial. No más el México de las modernizaciones de principios de la década de 1990 ni la nueva era de la democracia mexicana (…) Sólo imágenes de mexicanos rotos, dispuestos a ser utilizados como cosas".
Según cifras oficiales, la epidemia de A H1N1 le costará este año al país alrededor de 4000 millones de dólares en turismo. México ha lanzado una campaña publicitaria internacional de u$s 100 millones para volver a estimular el turismo en el país.
Para saber cómo responderá México a esta película, llamé a Bruno Ferrari, director de Pro-México, la agencia gubernamental para el exterior. Dijo que el filme todavía no se exhibe en México, pero que tiene sentimientos encontrados sobre la manera en que deberían reaccionar las autoridades. Por un lado, cualquier cosa que ofenda la dignidad de un pueblo, independientemente del pueblo de que se trate, es racista y debe ser denunciada como tal. Por otro lado, hablar sobre la película sólo ayudará a que vaya más publico a verla. Habrá que evaluarlo muy bien", dijo Ferrari.
Simon Anholt, el experto británico que publica cada año el Ranking de Marca País Anholt-GFK Roper, consultando a más de 20.000 personas de todo el mundo, no cree que el filme melle la imagen externa de México. "La imagen general de un país no cambia por algo como esto", dice Anholt. "Ni siquiera acontecimientos como la fiebre porcina. Cosas como estas ocurren todo el tiempo, y la gente lo entiende. La gripe aviar no destruyó la imagen de Asia".
En cuanto a la reacción de México, Anholt dijo: "Sólo hay una respuesta posible ante una comedia, y es reírse. Este es un filme cómico: o bien uno lo ignora, o se ríe con él. Si uno responde con seriedad, pasa a convertirse en objeto de la burla. Eso es lo que ocurrió en el caso de ‘Borat’ (el filme anterior de Sacha Baron) y Kazajastán. Ellos (Kazajastán) se comportaron exactamente como su propia caricatura: dijeron que el filme era un insulto contra el glorioso Estado nación de Kazajastán. Tendrían que haber dicho: Es un filme muy divertido. Y, a propósito, vengan a visitar Kazajastán".
Mi opinión: Lo mejor que puede hacer México es tomar la película con una sonrisa. El gobierno podría incluso considerar la idea de fabricar bancos de madera con la imagen de Sacha Baron Cohen en cuatro patas, ponerlos en las plazas públicas e invitar a los turistas a descansar en ellos. Luego, podría aprovechar la atención mundial que traería esta noticia para desviar la atención de la violencia de los carteles de la droga y la epidemia A H1N1. Y presentarse como un país donde la gente la pasa muy bien, a pesar de sus problemas actuales.