Una postal de la Vuelta a San Juan.

Cuando sobre el final de la década de 1980 fui enviado desde Madrid a Udine, para cubrir la última etapa del "Giro de Italia de ciclismo" (creado en 1909), pude dimensionar con mayor claridad ese fenómeno que había comenzado a ver en mi lejísimo San Juan y desde Radio Colón. Aquella organización me sorprendió desde el momento de las acreditaciones, los servicios a la prensa, la agilidad para la comunicación, cuando a Internet le faltaban siete años todavía para ver la luz, y la explosión turística en esa zona. Después, con el privilegio de asistir en París a la hazaña española del colosal Miguel Indurain, como ganador por quinta vez del "Tour de Francia" (surgido en 1903). Esas vivencias se multiplicaron, más allá de que allí no me tocó afinar el trazo desde lo deportivo, sino como crónica periodística noticiosa, por la asistencia de miembros de la familia real española. Y en otro momento del devenir de la profesión, desde Madrid, cerca de mis colegas del área deportiva, seguí como espectador la "Vuelta a España", otro de los portentos europeos de este deporte sobre dos ruedas con combustible humano, y a cuya vera organizativa sumaba más estrellas el esplendor del turismo español. Ahora, sin haberlo imaginado, esas mismas historias con estatura internacional, pero con acento sanjuanino. A esta altura de mi columna es probable que algún lector sostenga que sería extemporáneo hacer comparaciones entre los eventos europeos citados y la Vuelta Internacional a lo largo de siete días, aquí nomás, en San Juan, casi en el fin del mundo. Pero el sudoroso impulso y la pretérita experiencia de los sanjuaninos, hizo que la decisión del gobernador Sergio Uñac, de la mano de la secretaría de Deportes, con su titular, Jorge "Coqui" Chica y todo el equipo del área, más la asistencia de Seguridad y otras dependencias del ministerio de Gobierno, el esencial auxilio de los intendentes departamentales por donde pasa la Vuelta y, naturalmente, la entereza de la Federación Ciclista Sanjuanina, han demostrado que fue un acierto, tanto la inversión como la organización, porque ha terminado con un sobresaliente general. ¿Qué no se llenaron los hoteles? "Piano, piano". Estamos invirtiendo, no sólo con trabajo y presupuesto, sino, sobre todo, con sapiencia, que vale mucho más. En ese marco, la asistencia de una empresa como ASO (Amaury Sport Organisation) responsable habitual del Paris Dakar, entre otros eventos, dado el carácter global de la Vuelta, y la cobertura de una cadena televisiva como Eurosport, por acuerdo con el Gobierno, permitió que el desarrollo de las siete etapas más toda la organización complementaria y los escenarios sanjuaninos desde nuestras rutas - estampas demarcadas sobre 17 de los 19 departamentos de nuestra división territorial, fueran observados por hombres y mujeres de más de 150 países del mundo. Esos frutos empujaron también a la secretaría de Deportes a firmar futuros convenios con el Tour francés, el Giro italiano y la Vuelta a la península ibérica, todos pertenecientes al calendario UCI WorldTour, máxima categoría de las carreras profesionales. En estos días, escuché y ví el esfuerzo de equipos periodísticos deportivos de distintos medios, quienes agregaron una estrella más a su capacidad y experiencia. Pero, sobre todo, seguí a los periodistas de DIARIO DE CUYO, con sus crónicas maestras, llenas de pasión, que desde siempre marcan el camino de tantos periodistas deportivos. Pero no todo estaba dicho, y quizá por eso, el cierre de la babilónica labor de este diario, cual ritual del día después, brotó con la pieza de enciclopedia de Fabio Garbi y su sentencia final sobre esta Vuelta: "Fue la mejor de la era moderna".