Imagínese una película en la que un ambicioso presidente de Rusia y el director del FBI tomaban acciones que terminarían destruyendo la candidatura de la principal candidata presidencial de Estados Unidos, mientras la Casa Blanca estaba ocupada en relajar las importaciones de ron y cigarros de Cuba. La trama hubiera sido demasiada alocada.


Y sin embargo, todo eso y mucho más ocurrió en la elección de Donald Trump, un magnate autoritario que no ha revelado sus declaraciones de impuestos y que será el primer presidente de su país con cero experiencia gubernamental. Y esa fue sólo una de las muchas cosas que desafiaron los pronósticos.  


Fue el año en que Gran Bretaña votó para abandonar la Unión Europea, uno de los experimentos de prevención de guerras y progreso económico más exitosos de la historia moderna. Fue el año en que los colombianos votaron en contra de un referéndum de paz.


Fue el año en que las Naciones Unidas eligieron a Arabia Saudita donde a las mujeres ni siquiera se les permite conducir como miembro del Consejo de Derechos Humanos, que tiene la misión de defender los derechos de la mujer. Y el absurdo homenaje póstumo de la ONU al dictador Fidel Castro, que además de destruir la economía de su país, suprimió las libertades básicas y ejecutó a miles de personas.


Fue el año en que las noticias falsas fenómeno de la proliferación de las inventadas en Facebook, como que el Papa apoya a Trump, algo que junto con el hábito de Trump de inventar cosas llevaron a la peligrosa conclusión de que estamos entrando en la "posverdad'', en la que la línea entre la realidad y la ficción es cada vez más borrosa. Y fue el año de la tragedia de Alepo en Siria, de los sangrientos ataques de los terroristas fundamentalistas islámicos en Niza y Berlín, y del asesinato del embajador de Rusia en Turquía.


Frente a esto, muchos dicen que el mundo está yendo de mal en peor. Pero si miramos las cosas con perspectiva histórica, el mundo está cada vez mejor. Fíjense algunos de los datos publicados por ourworldindata.org:


* Pobreza: el porcentaje de personas que viven en la pobreza en todo el mundo ha disminuido del 94% en 1820 al 10% hoy. Las hambrunas, que eran una ocurrencia común, son cada vez más raras hoy en día.


* Mortalidad infantil: mientras el 43% de los niños morían antes de los cinco años en 1820, el porcentaje ha caído al 4% ciento hoy.


* Expectativa de vida: La esperanza de vida se ha más que duplicado desde 1900, y ahora está cerca de 70 años a nivel mundial.
* Alfabetismo: Sólo el 12% de la gente podía leer en 1820; hoy el 85% está alfabetizada.


* Libertad: mientras sólo el 1% de la humanidad vivía en democracia en 1820, el porcentaje llega al 56% hoy.


Mi opinión: No, el mundo no se está cayendo. Puede que estemos ante un peligroso período de populismo nacionalista en Estados Unidos y Europa, junto con una Rusia cada vez más autoritaria y un aumento del terrorismo fundamentalista islámico. Pero la buena noticia es que las democracias occidentales tienen sistemas de pesos y contrapesos, que esperemos podrán controlar a los líderes autoritarios, ayudar a preservar el medio ambiente y hacer que el mundo siga avanzando. ¡Felices fiestas!

"Si un guionista de Hollywood hubiera propuesto a principios de año una película sobre algunas de las cosas que pasaron en 2016, el proyecto se hubiera tildado de disparate total.''

Un "círculo del amor'' sobre el puente Lorain-Carnegie en Cleveland, antes de la Convención Nacional Republicana.