La situación palestina dio ayer un giro fundamental hacia la pacificación de la franja de Gaza, epicentro de la inestabilidad en Medio Oriente, al lograrse sellar la difícil reconciliación entre las facciones de Hamas y Al Fatah, tras cuatro años de negociaciones con la mediación egipcia.

Las partes enfrentadas por el control del territorio palestino y por las posiciones ideológicas y políticas frente a Israel, anunciaron un acuerdo para poner fin a sus disputas, el que se firmó ayer en El Cairo. También se sumaron a este pacto histórico otras facciones pequeñas pero con presencia activa en la insurgencia palestina. La bandera del partido nacionalista palestino Al Fatah ondeó en Gaza junto a la del movimiento islamista Hamas, por primera vez, desde el duro enfrentamiento de junio de 2007, cuando los islamistas se apoderaron de la región tras el fracaso del gobierno de unidad que formaron con Al Fatah un año después de las elecciones.

En los hechos, es la apertura de un nuevo escenario político con cambio generacional ya que la juventud ha sido clave para dejar de lado posiciones radicalizadas que parecían inamovibles. El Movimiento 15 de Marzo, que desbordó las calles el mes pasado para exigir a los principales partidos terminar con la división y firmar un pacto de unidad, es uno de los movimientos más activos.

El logro de esta reconciliación abre muchas esperanzas para la paz en el convulsionado territorio palestino y el enfoque que le dará al enfrentamiento con Israel. Es de esperar que todo se canalice por la vía de la negociación y el entendimiento, aunque la historia también indica que los fundamentalismos son difíciles de extirpar cuando se busca gobernar pensando en el bien común.