El colapso en vacaciones de invierno y las condiciones climáticas adversas, muestran la precariedad del sector aeronáutico. Decenas de vuelos demorados, cientos de pasajeros varados y aeropuertos colapsados, son el ejemplo del estado de los servicios de navegación aérea en nuestro país.

"Imaginemos que un piloto tuviera que volar sin copiloto, sin energía y con sistemas de comunicación que no funcionan correctamente ¿Parece seguro? Tampoco lo es cuando desde los aeropuertos nos encontramos con situaciones similares", explicó Jonatan Doino, secretario General de ATEPSA, Asociación Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación.

Se pretende aumentar la cantidad de vuelos y pasajeros transportados, sin resolver falencias como falta de personal capacitado, inexistente inversión en herramientas de trabajo y tecnología. Los trabajadores de servicios de navegación trabajan al límite de la capacidad operativa. Este escenario presenta una verdadera amenaza. 

Por ejemplo, el aeropuerto de Bahía Blanca, opera sin suministro normal de energía. Se recurre al grupo electrógeno del aeropuerto, debido a la explosión de un transformador. En consecuencia, todos los sistemas de comunicaciones están caídos. Además, están fuera de servicio los radares de Mendoza, Presidente Roque Sáenz Peña, Corrientes, Bahía Blanca y Córdoba.

Los problemas de los sistemas de comunicaciones se sintetizan en interferencias de la frecuencias aeronáuticas y el obsoleto equipamiento. La red de radares tampoco cuenta con un adecuado sistema de mantenimiento. Y la EANA SE, empresa prestadora del servicio público esencial de navegación aérea, hace caso omiso a las alertas de eventuales fallas que se reportan.

"Desde ATEPSA realizamos más de 40 denuncias en los últimos meses. Algunas son por falta de personal, capacitación, herramientas, y hasta ropa de trabajo. Todo esto sumado a falencias en las antenas de comunicación y vigilancia (radares), falta de anemómetros, inexistencia de salas de descanso, falta de internet y/o equipos", finalizó Doino.

Esta situación pone en alerta a cientos de trabajadores de todo el país, que tienen la responsabilidad garantizar la seguridad de los pasajeros, tripulaciones y comunidad toda.