Cuando la opinión pública sanjuanina parecía colmar su perplejidad por los recientes escándalos de la inconducta de estudiantes, en distintos colegios de nuestra provincia, vino a impactar el caso de las agresiones xenófobas y discriminatorias contra una alumna hija de padres bolivianos.

El alevoso ataque perpetrado el martes pasado contra la adolescente boliviana, dentro y fuera de la Escuela José Pedro Cortínez, ubicada en Alto de Sierra, Santa Lucía, fue la culminación de un hostigamiento de parte de sus compañeras, simplemente por sus rasgos y origen. Los insultos, calificativos injuriosos y leyendas agraviantes, dentro del local escolar, tuvieron el epílogo de una encerrona en la calle, sin mediar alguna inquietud por parte del personal de la escuela.

La repercusión por los medios periodísticos, incluso internacionales, que tuvieron los acontecimientos, han obligado a la intervención de oficio de las autoridades del gobierno escolar de la provincia, ya que la familia de la adolescente se niega a formular la denuncia por miedo a mayores represalias.

También es un caso diplomático, porque el brutal ataque racista y discriminatorio movilizó al Consulado General de Bolivia y éste derivó a San juan al cónsul de Bolivia en Mendoza, Ariel Iriarte, quien habló con la familia de la víctima y con la ministra de Educación, Cristina Díaz.

El caso es preocupante para los sanjuaninos, ya que se trata de una situación inédita de agresión racista, xenofóbica o discriminatoria, que ojalá no responda a una escalada de conductas repudiables.