El desafío de asegurar los alimentos en el mundo del futuro, con creciente población y cada vez menos recursos naturales, caso de tierras fértiles y reservas de agua dulce, es una ecuación que no cierra, a menos que se recurra al desarrollo sostenible de la agricultura familiar. En esta coyuntura las explotaciones familiares pueden servir de catalizadores contra la inseguridad alimentaria mundial, según concluye el último informe anual de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El estudio observa la evolución en 2013 del funcionamiento y el valor de la agricultura familiar, que se contabiliza alrededor de 570 millones de explotaciones de ese tipo. Para el ente de la ONU, las producciones rurales familiares, que son unas nueve de cada 10 explotaciones agrícolas globales, pueden servir de sustento para el desarrollo rural sostenible, ya que las familias de agricultores gestionan los recursos y suministran más del 80% en una situación de inseguridad alimentaria.
La erradicación de la pobreza en los países con ingresos bajos o medios comporta un incremento en la productividad de la mano de obra, explica el organismo. Ante ello y por la importancia que estas explotaciones tienen tanto para producir alimentos como para hacerlo de manera sustentable, la FAO insta a crear las condiciones para ayudar a los agricultores, sobre todo garantizando la innovación. Precisamente "Innovar” es la palabra clave del informe y por ello el llamamiento para que los países garanticen que la investigación, los servicios de asesoramiento, las instituciones de mercado y las infraestructuras lleguen también a las explotaciones familiares pequeñas y medianas.