Tras una serie de accidentes de tránsito fatales que tuvieron lugar hace un par de años en distintas zonas de nuestra provincia, debido a la presencia de animales sueltos, se llegó a establecer la necesidad de alambrar los campos que dan hacia las rutas, para evitar la repetición de estos hechos. Los tramos más complicados son el de la Ruta 141, desde el paraje Difunta Correa hasta el límite con la provincia de La Rioja; la Ruta 40 desde la localidad de Carpintería, en Pocito, hasta el límite con Mendoza y la 20 desde la zona del Control Forestal, en Caucete, hasta El Encón.
Si bien hay obras iniciadas mediante distintas modalidades y con aportes monetarios tanto del Gobierno provincial, como de los municipios comprendidos, los trabajos todavía no se han logrado completar, ya que las tareas son lentas y se requiere de un gran esfuerzo logístico para concretarlas. En agosto del año pasado hubo manifestaciones de los propios vecinos de localidades a lo largo de la Ruta 141 para reclamar que el Gobierno dispusiera el alambrado a la orilla de la ruta, ante la paralización de las obras iniciadas en 2013.
Actualmente, en la mayoría de los casos son los departamentos los que se encargan de conseguir los fondos, adquirir el material y ejecutar los trabajos, pero existen algunas excepciones como en Caucete donde el municipio está haciendo entrega de los fondos correspondientes a la Unión Vecinal de Bermejo, la que se encarga del procedimiento para ejecutar los trabajos. Hace unos días se hizo entrega a los dirigentes comunitarios del segundo cheque por 10.000 pesos destinado a la compra del alambre y postes.
Preocupa en gran medida que el ritmo de obra no es el óptimo, ya que se siguen observando animales sueltos a la vera del camino. Se suma a esto que los controles policiales han disminuido y que hay muchos lugareños que no toman conciencia del riesgo que implica el descuido de dejar los animales sueltos sin que se tome ninguna precaución.
Sobre la Ruta 40 pasa algo similar, y aunque se ha completado un mayor número de kilómetros de alambrados, todavía quedan tramos sin protección.
En la medida que se obtengan mayores fondos para agilizar las obras, más pronto se estará dando una solución definitiva a este problema. El alambrado de los costados de las rutas debió ser contemplado hace años, pero los organismos viales nunca los tuvieron en cuenta para exigirlos cada vez que las rutas han sido reparadas por empresas contratistas.
