Las autoridades sanitarias de Córdoba confirmaron el jueves último el avance de los casos de dengue autóctono, con 70 enfermos confirmados en la capital provincial, lo que indica que esta patología preocupante se triplicó en sólo una semana, mientras otros 25 pacientes sospechados permanecen en estudio en nosocomios locales
La situación cordobesa es atípica y puede ser una consecuencia directa de las copiosas lluvias que azotaron la zona en febrero y parte del presente mes con grandes inundaciones, dejando áreas con lagunas propicias para la proliferación del agente transmisor de la enfermedad, el mosquito Aedes aegypti, cuyo combate se convierte en crucial para el equipo que integra el Comité de Vigilancia de Dengue y Chikunguña.
Si bien se realizan acciones de bloqueo y control de foco en las zonas afectadas de Córdoba, el éxito de la campaña se centra en los reservorios del mosquito, que se multiplica en aguas claras y dentro de los domicilios, por lo que es de vital importancia la intervención directa de la comunidad. El hecho de que después de las lluvias hubieron días de baja temperatura no significa que el insecto haya desaparecido sino se encuentra ha "ralentizado", según los especialistas, y la potencialidad del insecto se reflejará las en las jornadas de altas temperaturas que tiene el otoño.
El panorama que ofrece Córdoba con respecto al dengue, puede también reflejarse en San Juan, ya que prácticamente toda la provincia soportó intensas lluvias en los últimos días, con anegamientos que obligaron a evacuar a varias familias en 9 de Julio y una en Calingasta. El agua caída ha superado los registros medios anuales en algunas zonas, como Valle Fértil, y se anuncia el retorno de las temperaturas altas para los próximos días, un cuadro inequívoco para la proliferación del mosquito.
Es necesaria la prevención y mantenerse atentos ante los síntomas de una persona que puede padecer dengue: fiebre elevada, más de 40 grados, dolor de cabeza muy intenso, dolor detrás de los globos oculares, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o salpullido. Esto ocurre durante el período de incubación de 4 a 10 días después de la picadura de un mosquito infectado y por lo común duran entre 2 y 7 días.
La gravedad del dengue radica en que no hay vacuna, por lo que la mejor prevención es evitar ser picados por mosquitos y eliminar las aguas estancadas.
