Las dos Coreas retomaron hoy las comunicaciones militares tras su fructífera reunión del martes, encuentro cuyos acuerdos defendió hoy el presidente surcoreano, Moon Jae-in, como primer paso para negociar la desnuclearización de Pyongyang.


En su discurso de Año Nuevo, Moon subrayó hoy que eliminar las armas nucleares de la península sigue siendo una meta básica e irrenunciable de su Gobierno pese a que la reunión de la víspera se cerrara sin ningún avance en ese terreno.


"Las desnuclearización de la península coreana es el camino y la meta para la paz. La desnuclearización declarada conjuntamente por las dos Corea. Esa es una postura básica a la que nunca podemos renunciar", dijo.

En los últimos días autoridades coreanas se reunieron para concretar un acercamiento.


Las palabras de Moon llegan después de que ambas Coreas celebraran su primera reunión en dos años, encuentro que terminó con un acuerdo para retomar conversaciones militares y con la 
participación norcoreana en los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebran en febrero en el condado surcoreano de PyeongChang.
 

La necesidad de desnuclearizar Corea del Norte para garantizar la paz y la seguridad regional fue mencionada por la delegación surcoreana durante el encuentro, pero esto enojó a la representación norcoreana, que aseguró que su programa atómico solo tiene como objetivo a Estados Unidos y que para el país es irrenunciable.


Ante la opinión de algunos expertos, que critican que a Pyongyang se le hagan concesiones sin dar nada a cambio y solo por el simple hecho de sentarse a dialogar, Moon defendió la postura de Seúl y dijo que el acercamiento no va en contra de la estrategia de presión internacional para que Pyongyang abandone su programa atómico.


En ese sentido, indicó que el diálogo y la desnuclearización van en la misma dirección, ya que "una vez que las relaciones Sur-Norte mejoren, eso puede ayudar a resolver el problema nuclear norcoreano".


Moon defendió que la meta de la política de presión y sanciones es, en primera instancia, lograr que Corea del Norte se siente a dialogar y atribuyó a la política de perfil duro del Gobierno de Donald Trump el haber logrado en parte que Pyongyang aceptara reunirse con representantes de Seúl.


Por otra parte, el acercamiento con el que acabó el encuentro de alto nivel también comenzó a tomar cuerpo, en momentos que los ejércitos de las dos Coreas se comunicaron por primera vez en casi dos años a través de una línea telemática. La reactivación de esta vía, destinada a comunicaciones militares en la región en torno al Mar Amarillo (llamada Mar del Oeste en las dos Coreas), fue notificada al Sur por la delegación norcoreana durante el encuentro del martes último.


Tanto la reapertura de esta línea como el acuerdo alcanzado entre Pyongyang y Seúl para llevar a cabo futuras conversaciones de rango militar pueden contribuir a atenuar los ánimos en torno a la fortificada frontera entre los dos países, que técnicamente se mantienen en guerra desde hace 65 años.
 

Andrés Sánchez Braun  -  Agencia EFE