El inicio de la temporada de vacaciones de verano enfrenta a los automovilistas a un viejo problema en las rutas de acceso y salida de nuestra provincia. La presencia de animales sueltos constituye un serio riesgo al que se siguen exponiendo por no haberse concretado en su totalidad el proyecto de alambrar los campos lindantes a las rutas, como se había previsto oportunamente.
Tras una serie de accidentes de tránsito fatales que tuvieron lugar hace un par de años, a consecuencia de los animales sueltos, se llegó a establecer la necesidad de alambrar los campos que dan hacia las rutas, para evitar que el ganado vacuno, caprino o equinos se atraviesen a los vehículos. Los tramos más complicados son el de la Ruta 141, desde el paraje Difunta Correa hasta el límite con la provincia de La Rioja y la Ruta 40 desde la localidad de Carpintería, en Pocito, hasta el límite con la provincia de Mendoza.
Si bien hay obras iniciadas mediante distintas modalidades y con aportes de fondos tanto de los gobiernos provincial, como municipal, estos trabajos todavía no se han completado.
Preocupa en gran medida el ritmo de obra, que no es muy acelerado, ya que se siguen observando animales sueltos a la vera del camino, los que muchas veces cruzan la ruta tanto en horario diurno como nocturno. Se suma a esto que los controles que debe realizar la Policía Rural han disminuido y que hay muchos lugareños que no toman conciencia del riesgo que implica el descuido de dejar que los animales crucen las rutas sin que se tome ninguna precaución.
La demora en esta obra se traduce directamente en accidentes de tránsito, que muchas veces tienen consecuencias fatales, y que podrían evitarse solamente con tomar con seriedad el objetivo.