Es cierto que muchos de nosotros vimos a la "’revolución cubana” con cierta admiración romántica. Pero aún dejando de lado el hecho de que se derrocó a una dictadura para instalar a otra, las estadísticas de las últimas seis décadas revelan una historia de miles de muertes sin sentido, una emigración masiva que dividió a casi todas las familias cubanas, y un colapso económico como pocos en el mundo.
En 1958, el año antes de que Fidel Castro tomara el poder, Cuba tenía un ingreso per cápita de u$s 356 anuales, el tercero de Latinoamérica, señala el economista de la Universidad de Pittsburg y autor del libro "’Cuba en la era de Raúl Castro”, Carmelo Mesa Lago, reconocido experto internacional en economía cubana. Comparativamente, Costa Rica era más pobre que Cuba, y países asiáticos como Corea del Sur eran muchísimo más pobres, con un ingreso per cápita inferior a u$s 100 anuales.
Así cambiaron las cosas desde entonces: Según el Banco Mundial, Corea del Sur -que abrió las puertas a la inversión extranjera masivamente en la década de 1960-, tiene hoy un ingreso per cápita anual de u$s 22.600, Costa Rica de u$s 9400 anuales, y Cuba de u$s 5.400, una cifra inflada por las manipulaciones estadísticas. Corea del Sur tiene hoy 276 autos por cada 1.000 personas, Costa Rica 135 y Cuba tan sólo 21, dice el Banco Mundial. En Corea del Sur, el 37% de la población tiene Internet de banda ancha, el 9% en Costa Rica, y sólo el 4% en Cuba.
Mientras Corea del Sur se convirtió en coloso industrial -sus productos Samsung y Hyundai se venden en todo el mundo-, y Costa Rica atrajo fábricas de alta tecnología como Intel, Cuba es un desierto industrial. Ni siquiera pudo seguir produciendo azúcar o cigarros a los niveles de 1958. Según cifras oficiales, la producción de azúcar cubana cayó de 859 toneladas a 106 toneladas por cada mil personas en las últimas seis décadas, y la de cigarros de 92.000 unidades diarias cada mil personas a 26.000 en igual período.
Hasta hace poco, los cubanos solían bromear diciendo que los tres mayores logros de la revolución eran la salud, la educación y la dignidad nacional, mientras que los tres mayores fracasos eran el desayuno, el almuerzo y la cena. Pero hoy, hasta la salud y la educación en Cuba han decaído y la dignidad nacional es cuestionable: primero se convirtió dependiente económicamente de la ex Unión Soviética y últimamente de Venezuela.
Hoy la expectativa de vida en Cuba es de 79 años, contra 81 años de Corea del Sur. En educación, Cuba merece crédito por eliminar el analfabetismo más rápido en la región, pero su educación universitaria es una sombra de lo que era. El Ranking QS de Universidades Latinoamericanas coloca a la otrora prestigiosa Universidad de La Habana en el puesto 81 en, muy por debajo de las universidades de Brasil, México, Chile, Colombia, Argentina, Costa Rica, Venezuela y Paraguay.
