Es evidente que el mayor peligro al que la juventud está expuesta en este tiempo es la drogadicción. El sólo hecho de ver algunas imágenes televisivas de las fiestas en las playas o en el centro de las ciudades costeras se advierte que se consume droga y que no hay ninguna oposición, ninguna autoridad que controle tan deformada actitud social.

La drogadicción está definida como una enfermedad que consiste en la dependencia de substancias que afectan al sistema nerviosos central y las funciones cerebrales. Produce alteraciones en el comportamiento, la percepción, el juicio y las emociones y también euforias o desesperación. Las alteraciones en el comportamiento son visibles. Basta comparar las conductas de un joven que no consume con otro adicto para darse cuenta de una diferencia abismal.

También es preocupante la ausencia de campañas públicas, que deberían ocupar horarios televisivos centrales porque hay que remarcar a dónde conduce el consumo de estupefacientes. Las grandes campañas contra del consumo de drogas deberían hacerse durante todo el año en televisión y radio. Y se debería hablar en las aulas secundarias y universitarias sin importar la asignatura que se esté estudiando y e insistir -muy primordialmente- en los hogares. Tal vez sería beneficioso comenzar con esta prédica en los últimos años del nivel primario ya que se están leyendo actos no lícitos cometidos por chicos de 10 u 11 años de edad.

Hace poco se supo que los hospitales públicos -Capital Federal y conurbano- están llenos de chicos arruinados por el famoso "paco", el invento mortal hecho con los residuos de la pasta base y cuyo consumo creció un 500% entre 2001 y 2008. Tampoco se sabe que la policía persiga a quienes lo fabrican aunque una requisa amplia podría dar con esos perniciosos lugares.

Hoy la palabra mágica es Cristal, droga absolutamente química que cuenta con muchos adeptos porque sus efectos duran más. La sorpresa fue cuando cuatro jóvenes que eran buscados por robos a viviendas fueron detenidos esta semana en la ciudad balnearia bonaerense de Villa Gesell con 85 cápsulas de "crystal meth", una metanfetamina poco conocida en el país elaborada en base a efedrina. Las fuentes policiales informaron que los detenidos -tres de 18 años y el restante de 21- son oriundos de la Capital Federal y en su poder también se hallaron tres armas de fuego, teléfonos celulares y dinero.

"Esta es una droga catalogada como nueva en la zona. Podemos establecer que causa un daño bastante importante", dijo el comisario mayor Carlos Prost, jefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Dolores, y agregó que por esa razón "la llaman la droga de la muerte".

La elaboración de Cristal también salió por los medios periodísticos, pero no se supo luego si se hicieran redadas importantes. Si bien "crystal meth" es una droga poco conocida en el país, existen antecedentes para movilizar las investigaciones, ya que está muy en boga tanto en los Estados Unidos como en Europa. La sustancia es muy nociva y adictiva -más poderosa que el "crack"- que actúa en forma muy potente sobre el sistema nervioso central.

La sociedad debe ser cuidada como una familia y uno de los primeros cuidados es impedir el consumo de drogas a través de brigadas especiales y con la participación de todas las instituciones afines posibles. Nadie podrá enfrentar solo semejante problema -que cuesta vidas de jóvenes-, por lo que es necesario integrar en red a varias entidades. Cuando se analiza este tema, es difícil pensar que se está en la Argentina que hasta hace algunos años estaba en la cúpula cultural de América latina y que tuvo una educación pública que conmovió a varios países. Por lo dicho queda claro que hay que volver a fortalecer a la educación.