Un hecho que evidencia el fracaso de la escuela tradicional en Argentina y nos lleva a pensar en un nuevo modelo de educación, son los resultados de pruebas que han demostrado empobrecimiento en los aprendizajes y diferencias en las notas obtenidas entre los alumnos, principalmente aquellos de menores niveles socioeconómicos con respecto a los de niveles más privilegiados.


Un factor importante que ha condicionado por años las reformas educativas de la escuela tradicional es lo que se denomina "la gramática escolar". Esta, hace referencia a las estructuras de las aulas en cuanto a las reglas y prácticas que se llevan a cabo dentro de ellas, el espacio que ocupan los estudiantes y cómo se clasifican los mismos, así como la división de las diferentes materias en el currículo, se mantiene constante a lo largo del tiempo de una manera estancada.


Un ejemplo paradigmático de transformar la escuela tradicional, han sido las constantes reformas que sufrió el sistema educativo en EEUU. Muchos de ellos fracasaron por diferentes motivos como la falta de consenso, las diferencias de clases sociales o la materialización de las nuevas leyes en educación, que hicieron que una y otra vez se impusiera la escuela tradicional.


El núcleo del problema según Terigi permanece, en los diferentes orígenes y expectativa de los jóvenes, en la organización tradicional de la escuela y el aspecto selectivo de la misma, la perpetuidad de currículos academicistas, la formación de sectores sociales nuevos, la diversidad de miembros que forman las comunidades, las políticas y organizaciones en educación estancadas. Conjunto de características, que se convierten en grandes retos tanto para el Estado, sociedad, escuelas, docentes y familias.


En 2006, se crearon en Argentina las denominadas "escuelas de reingreso", con el objeto de albergar a adolescentes que habían quedado libres con más de 15 años y no podían ingresar nuevamente al sistema educativo hasta cumplir los 18 años en una escuela para adultos. Estas escuelas de reingreso, como una prueba piloto, estarían dando respuesta al desafío que supone reformar la escuela tradicional.


Sin embargo, por mucho que se pretenda justificar que la educación de hoy se centra en el desarrollo del individuo y sus necesidades de aprendizaje, por el contrario, se continúa utilizando a la escolarización tradicional para el sistema de producción del Estado.


Los desafíos que enfrentan los docentes y contra los cuales tienen que luchar diariamente se ponen en evidencia en generalizaciones de sociólogos sobre la educación que persisten en la escuela de hoy.


Los resultados de las pruebas PISA del 2016, los ejemplos de reformas y fracasos de los sistemas educativos, y el pensamiento de sociólogos de la educación a lo largo de los años, lleva a reflexionar sobre qué cambios se necesitarían hoy para cambiar la gramática escolar. Alguno de ellos supondría: que los docentes deben desprenderse del paradigma de lo que aprendieron para una escuela "modelo"; que la relación del profesor con el alumno es clave, así como tener en cuenta la familia del alumno; sus orígenes socioculturales, sociohistóricos y geopolíticos.


El sistema educativo requiere urgente y profundos cambios, ya que el actual ha quedado descontextualizado por ser un modelo escolar pensado para otros tiempos y otros contextos sociales; el aprendizaje de los alumnos debería ser el marco principal para su elaboración; se tendría que tener en cuenta las necesidades de los que aprenden, sean niños, jóvenes o personas de mayor edad y no a la inversa, y que se priorice la diversidad, calidad y equidad en la oferta educativa de las escuelas.


Dr. Claudio Marcelo Larrea, Rector de la Universidad Católica de Cuyo.