Es una realidad que la actividad de las uniones vecinales ha decaído considerablemente en estos últimos años, lo que resulta lamentable si consideramos que estas entidades son las que, en muchos casos, motorizan los progresos y avances de las comunidades.

La celebración del "Día del vecino", el viernes último, ha dado lugar a que en varias comunidades se destaque la importancia que tienen las organizaciones vecinales en la tarea de marcar a las autoridades municipales o provinciales las prioridades y necesidades de cada barriada.

Los vecinos, desde su óptica, son capaces de reconocer cuáles son las falencias o necesidades que tiene una calle, o manzana de su barrio, y eso debe ser debidamente aprovechado por los administradores gubernamentales, ya que les facilita enormemente la tarea de planificar las obras necesarias en cada jurisdicción departamental.

Debe reconocerse que la labor de los dirigentes vecinales no es fácil. Hay que sobreponerse a la apatía y la indiferencia, y cuando se ha logrado vencer esos dos aspectos hay que luchar con las presiones laborales propias de cada individuo y de disponibilidad de horario para atender reuniones o gestiones que son necesarias para alcanzar los objetivos perseguidos por cada entidad vecinal.

A pesar de la crisis por la que está atravesando actualmente el sector, reconforta conocer que hay algunos departamentos en los que se está trabajando arduamente en la reorganización de estas entidades, con el convencimiento de que son los propios vecinos los dueños del destino de cada una de sus jurisdicciones.

El apoyo de las direcciones de comunidades u oficinas de relaciones institucionales de los municipios, como también de la Inspección de Personas Jurídicas del gobierno de la provincia, es fundamental para que varias uniones vecinales que están inactivas vuelvan a resurgir y recuperen el protagonismo que supieron tener hace algunas décadas, cuando estas entidades trabajaban en estrecha relación con las autoridades para conseguir mejoras que eran requeridas por los vecinos.

Tal vez muchas comunidades no tengan las mismas necesidades básicas de hace 20 o 30 años, pero la vida moderna ha generado otras que son tan o más importantes. La falta de seguridad y de orientación para los jóvenes surgen entre algunos de los temas que se imponen actualmente y que requiere que todos los sectores se pongan a trabajar arduamente. En este sentido, los vecinos son los más indicados para elaborar propuestas que merecen ser escuchadas.