Hay muchas interpretaciones sobre la canción Aprendizaje, escrita por el genial Charly García e interpretada de mejor forma aún por él y sus cómplices de Sui Generis. 'Y tuve muchos maestros de que aprender, sólo conocían su ciencia y el deber. Nadie se animó a decir una verdad. Siempre el miedo fue tonto', reza en uno de los versos de la creación del padre del rock argentino. Muchos dicen que Charly habla de sí mismo, de sus propios errores y aprendizajes, pero otros aseguran que la intención del artista en esa canción va mucho más allá y que se dirige a la sociedad, marcando como vital la importancia del sentido aleccionador que tienen las equivocaciones, si es que alguien sabe ver ese costado. Como suele pasar con las letras de este tremendo músico, todo puede ser. Es obvio que si individualmente no somos capaces de redimirnos de nuestras metidas de pata, mucho menos podremos hacerlo de las que cometemos en conjunto. A 45 años de que un grupo de militares tomaran el poder por asalto para provocar lo que todos sabemos que pasó después, aún hay personas a las que les gustaría que otro grupo de inconscientes armados conduzca el país sin pasar por un cuarto oscuro, por ejemplo. Aún hoy hay personas que piden poner el ojo en la conducta de una víctima de violación, incluso si la víctima tiene 14 años, como hizo la bestia del abogado Leonardo Villalba esta semana en una entrevista en Radio Sarmiento. Está bien que no podemos condenar a toda una sociedad por la animalada de un letrado o por dos señoras bien que van a la Plaza 25 de Mayo a gritar por Videla, enojadas con Cristina Fernández, con la vida, o con la muerte, vaya uno a saber. Pero son síntomas que indican que aún no hemos sabido esculcar lo suficiente nuestro pasado y mucho menos transformarlo en el aprendizaje que propone Charly. Hay que seguir aprendiendo. Incluso los partidos políticos tienen que hacerlo, como le está pasando actualmente al Justicialismo provincial. Sin indagar demasiado en el porqué, el PJ se equivocó en 2013 cuando permitió que el basualdismo le armara cinco listas en una interna que concentró la atención de todo San Juan. El peronismo de aquélla época prefirió las tradiciones que mandaban no mover el avispero de una interna, por el miedo a las secuelas de esas peleas, y perdió la elección frente a Eduardo Cáceres. El peronismo de hoy, se ve, no está dispuesto a cometer el mismo error y, como anticipó este diario, va a competir con varios candidatos que, como en la oposición, capten la atención de los votantes y sume votos. Habrá internas, dependiendo del escenario. Si no, será uno contra uno, como siempre.

Sergio Uñac, Gobernador de San Juan


La movida es clara, pero audaz a la vez. Sergio Uñac le dijo hace poco a este diario que se juega la gestión. Y puso a los intendentes en el mismo plano. El Gobernador está convencido de que su trabajo al frente del Ejecutivo es su mejor arma y la expone ante la sociedad. Sabe que corre riesgos: ¿qué pasaría si no obtiene más votos que en la última elección? ¿Ganar es superar la última elección y dos bancas, u obtener las tres bancas en juego? Eso se verá luego, más adelante en la campaña. Uñac tendrá que poner la vara en un lugar, porque si no lo hace, su victoria puede no ser la del resto de la sociedad, o al revés. Aún falta información, es muy temprano.


Hay dos mensajes cuando el Gobernador dice que plebiscita su gestión y la de los intendentes; uno hacia adentro y otro hacia afuera. El primero va dirigido a aquellos funcionarios (pocos o muchos dependiendo de quien haga la lectura) que se dicen 'técnicos' y que se dan el lujo de quedar afuera de una contienda electoral. Todos aquéllos que no quieren trabajar un sábado porque suelen irse 'a la finca', van a tener que ponerse al hombro la gestión y exhibirla, si es que tienen algo con qué hacerlo. Todos los intendentes que creen tener asegurado el futuro, deberán romper la suela de las zapatillas caminando los barrios, si es que los vecinos los reciben bien, obviamente. Y si no es así, pues tendrán que revisar el trabajo y cambiarlo rápidamente. Y el segundo mensaje es hacia afuera: el peronismo no va a dejar que la oposición le cope la parada como ocurrió hace ocho años, cuando Roberto Basualdo le amargó la vida al PJ de José Luis Gioja. Si ponen tres listas, el PJ permitirá que haya cuatro o cinco, y así sucesivamente. ¿Con quienes armará Uñac? Aún no se sabe, pero hay de lo más diverso: Jorge 'Coqui' Chica siempre es una opción. Ya lo midieron en Capital y quizás pueda servir también para esta jugada. Marisa López muestra solvencia en los números y tiene un buen equipo en Hacienda, también puede ser. Pero no solamente hay que mirar en el Ejecutivo, también los intendentes podrían ser opción. Fabián Gramajo tiene buena imagen en su departamento y no mide mal fuera de los límites de Chimbas, por ejemplo. Y hay varios otros jefes comunales que tampoco pueden repetir y quizás ellos se conviertan en otra opción, no se sabe. Alguien soltó el viernes el nombre de Alberto Hensel, aunque moverlo implica una jugada demasiado riesgosa. Uñac podría perder un referente en el gabinete de Alberto Fernández. Cualquiera de ellos podría competir con Walberto Allende y Fabiola Aubone, casi números puestos para la lista más oficialista de todas. También Luis Rueda salió a mostrar a su bloquismo como una opción. Todo y nada puede ser, dependiendo del escenario.


Por ahora se puede afirmar que en la oposición se dejaron ganar la iniciativa. Fueron prudentes dejando que el tiempo pase, pensando que la gente no quiere hablar de política, pero los sorprendieron y ahora tendrán que acomodarse a la estrategia de la competencia. Dicen los que saben de boxeo que un rival débil tiene que pegar primero siempre, porque quizás sea la única oportunidad que tenga en todo el combate. La oposición dejó que Uñac le ganara ese lugar. El peronismo movió alfil, torre y reina, como para que su contrincante sepa de qué se trata. Todos esperamos ahora que la oposición tenga una estrategia bajo el brazo. Lo veremos pronto, el partido ya empezó.