"En un set limitado por sus reducidas medidas, el Canal hizo proezas colocando en el aire sanjuanino una cantidad de programas...''.

Año 1994. No era ni es común que un canal de cable funcione con el esquema de un canal abierto. Dada la extraordinaria oferta de programación en vivo que Televisora del Oeste brindaba a sus televidentes, nos pareció que podíamos aportar lo nuestro en un programa musical dedicado a nuestra música. Llegamos hasta la antigua sede de calle Mitre casi Entre Ríos y allí se nos indicó que debíamos entrevistarnos con el Sr. Marinero. Le expresamos nuestra inquietud y dijo que la transmitiría de inmediato a los directivos del Canal; que volviéramos al día siguiente. Así lo hicimos. Siempre recuerdo las palabras con las cuales nos recibió, transmitiendo lo que le había dicho Don Francisco Salvador Montes: "A estos muchachos facilíteles todo para que hagan el programa y dígales que pueden empezar de inmediato''. Entonces recordamos las varias oportunidades cuando Don Francisco apoyó incondicionalmente nuestro quehacer. Cabe señalar una circunstancia especial, cuando decidimos llevar la música popular al Auditorio "Juan Victoria'' y tuvimos la osadía de ser los primeros y, como si esto fuera poco, hacerlo solos. No hubiéramos podido hacerlo sin la promoción extraordinaria que nos dio este diario por oficios de Don Francisco, con publicidad que él mismo diseñó. Comenzaba el folklore un nuevo camino en el magno escenario que esa noche lució a pleno. 


Justo es decirlo, así también se nos apoyó en el programa del Cable. Una de las la mejores virtudes es ser agradecidos. En un set limitado por sus reducidas medidas, el Canal hizo proezas colocando en el aire sanjuanino una cantidad de programas que en cualquier lado sorprendería. Contamos no menos de 45 realizados en vivo por diferentes cultores del espectáculo, el periodismo y el interés general, con el esfuerzo admirable del personal y los medios técnicos de un novel pero ambicioso canal de cable.


Desde un sitio muy sanjuanino se hicieron realidad esas ambiciones indoblegables de hacer televisión con la marca de San Juan y trascendencia nacional. 


Es posible hacer televisión digna y con el sello de las cosas propias. La audiencia que tuvo ese programa y muchos otros del cable seguramente complacieron las convicciones de Don Francisco por servir desde su idealismo a su provincia y lograrlo desde el sitio de la información y la cultura.