La calidad única de la manzana calingastina se debe a sus propiedades que se relacionan con el clima del departamento, como la luminosidad, escasa humedad, entre otras ventajas. 


Refiriéndonos brevemente a las riquezas y o producciones, que alguna vez tuvo nuestra provincia, se ha dicho con fundamento que la manzana calingastina descuella ampliamente por sus condiciones a las de otras zonas, lo que significa que es prácticamente única. Estas palabras -que me quedaron grabadas- fueron pronunciadas durante mi Educación Media, por un inolvidable profesor: Flores Benavides. Ocurrió en una de sus clases en tiempos en que de la escuela San Martín egresaban Bachilleres Agrarios. Además de esta consideración el docente nos hablaba de otros atributos de esta noble fruta: su color rojo brillante, aroma (que se percibía a distancia) e índice azucarino.


Estas propiedades se relacionan con el clima del departamento, como la luminosidad, escasa humedad, entre otras ventajas. 


Leyendo otras fuentes acerca del tema, se apunta que este índice azucarino aumenta al 10% en las variedades sidreras. Fue, como dijimos, en el departamento Calingasta donde se industrializaba la manzana en una entidad llamado Frutícola San Juan. 


La empresa, que nació gracias a la visión de los hermanos Cantoni, inició sus quehaceres a pleno en 1943. Acá el noble fruto se convertía en sidra, calvado (obtenido de la destilación de la sidra) o delicioso jugo. También se encajonaban manzanas con destino el exterior.


La enorme cantidad de kilos elaborados provenían de una plantación de 100 hectáreas que tenía la firma. Asimismo, se producía sidra natural, es decir no gasificada. Un artículo periodístico de la década de 1960. Diario Tribuna, en abril de 1961, decía: "La Frutícola elabora más o menos 1.000.000 de litros de sidra. Un manzanar de una hectárea produce 10.000 a 15.000 kilogramos de manzanas y se necesitan 100 kilogramos de manzanas para obtener 60 litros de sidra". Además, en esa década, el mismo diario apuntaba las dificultades que enfrentó esta actividad: "La industria sidrera sanjuanina además de los elevadísimos fletes, debe afrontar una dura competencia de la sidra de mala calidad, que se elabora en las provincias no productoras de la materia prima y en la mayoría de los casos el público se fija más en el precio que en la calidad. 


La solución para competir (...) sería la instalación de plantas fraccionadoras en los centros de consumo". También fue protagonista de esta industria la familia Tinto, quien además de elaborar la exquisita sidra, produjeron los famosos "orejones" de manzana. Varios factores, ya nombramos algunos, provocaron el fin de esta importante industria. Existen proyectos de reflotar esta explotación, ojalá se concreten.

Por Prof. Edmundo Jorge Delgado
Magister en Historia