Los árboles aportan hasta un 30% del total de oxígeno que consumimos, de ahí la importancia para el ambiente.

Hoy nos vemos afectados por una larga cuarentena, única alternativa para detener el avance del Covid-19. Cada hogar nos contuvo, nosotros como ejercicio mental y físico comenzamos con limpiar cada rincón de nuestras casas y lo hicimos, luego arreglamos canillas de agua, llaves de luz, entre otras cosas. Todo este trabajo mitigó en parte los efectos que provoca la condición de enclaustramiento, ayudándonos a mantenernos equilibrados en lo físico y en lo psicológico. Pero, habiendo realizado muchos trabajos estoy seguro que hay una actividad que pocos hicieron: la acción de plantar un árbol, nada más que eso. Algo que no es poco, ya verán por qué digo esto.


Es necesario que sepamos que este hecho es trascendental para cada ser humano, es posible olvidar que hicimos la última semana de julio del año pasado pero nunca olvidaremos dónde y cuándo plantamos árboles o frutales que también son árboles.


La implantación forestal es un acto que no tiene nada que ver con alguna necesidad inmediata, un árbol no nos dará sombra hasta por lo menos cinco años de puesto en tierra, y seguirá mientras esté con vida. Luego, después de muerto, su madera seguirá siendo utilizada. Eso es trascendental.


Los árboles aportan hasta un 30% del total de oxígeno que consumimos, por ello deben ser naturales y no de lata como los que hay en una plaza de Rawson, porque ni siquiera representan una obra artística.


Al árbol hay que esperarlo para comenzar a disfrutar sus beneficios, hay que vivirlo, coexistir con el. Los arboles son una obra de arte en sí misma, y no es necesario modificarlos en nada porque siempre volverán al estado que su especie determina genéticamente. Un árbol aporta al estado de equilibrio mental, de antemano sabemos qué vamos a obtener con ese ser vivo. Plantar un árbol es construir un hogar para los pájaros, cientos de aves pasarán por él para vivir, reproducirse y alimentarse. El árbol es al planeta la mejor construcción de la madre tierra. Un árbol es para nosotros vital, sin ellos es imposible subsistir. El árbol es la esperanza de que podremos superar la devastadora pandemia, porque será el que nos mantendrá vivos por siempre.

Por Osvaldo Olmo Gómez
Técnico y profesor de Enseñanza Agropecuaria.