Cuando estalló la Guerra Civil Española había una cantidad de españoles muy considerable en nuestro país. No todos pensaban igual y habían los que estaban a favor y los que pensaban diferente. Las películas españolas eran las favoritas que se exhibían en San Juan en el Cine Cervantes, borrado por la Avda. Central después del "44.

Imperio Argentina cantaba aquellas canciones que hemos gozado después en "Las cosas del querer''. Cuando terminó la guerra fratricida en España, hubo persecuciones y los artistas no se libraron de ello. Miguel de Molina fue uno que llegó a Buenos Aires y en los escenarios puso todo su talento vestido con aquellas camisas a lunares que dieron mucho que hablar.

Luego de pasar por Madrid y Málaga, se ha inaugurado en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, la muestra "Arte y Provocación'', sobre la vida de Miguel de Molina. Tiene más de un centenar de piezas originales del artista, entre vestuario, archivos fílmicos y fotográficos, carteles de teatro y de cine.

¿Por qué se hace esta muestra? Porque se ha cumplido el primer centenario del nacimiento de este multidisciplinario artista. La muestra, es un recorrido cronológico por su vida en donde no faltan sus transgresoras blusas. El presidente de la Fundación de Miguel de Molina, Alejandro Salade, ha expresado que "es una enorme ilusión regresar a Buenos Aires con este maravilloso legado, para que sean fieles testigos de toda la creatividad e imaginación de un personaje adelantado a su época, que supo hacer vibrar a tantas generaciones y que encontró justamente en esta ciudad, su ansiada libertad''. Pero ¿quién era este personaje reflotado ahora? Borja Ortiz de Gondra ha dicho: "Miguel de Molina es un personaje fascinante con una vida rocambolesca llena de episodios dignos de la mejor novela de aventuras: nació en una familia malagueña pobre; de muchacho fue recadero de mancebías; empezó a ganarse la vida organizando juergas flamencas. Estrenó el "Amor brujo " de Manuel de Falla, fue el artista de variedades mas famoso y mejor pagado en los años anteriores a la Guerra Civil. Pero en la post guerra sufrió la persecución y las palizas de enemigos anónimos. Por ello se exilió en la Argentina. Ganó fortunas fabulosas y las perdió. Era amigo de García Lorca, Jacinto Benavente, Manolete, Cantinflas, Pastora Imperio o la Argentina. Pero la mejor amiga que tuvo fue Evita Perón que siempre comprendió a los desfortunados y perseguidos. Se retiró en la cúspide de la fama y vivió los últimos 30 años de su vida encerrado en un caserón de Buenos Aires con sus recuerdos.