Las pequeñas y medianas empresas del país respondieron con proyectos económicos trascendentes, a la asistencia financiera brindada por el llamado Fondo Productivo del Bicentenario: más de diez millones de pesos para ampliar o crear nuevos emprendimientos, con la creación de 30.000 nuevos empleos directos.
Se trata de un esfuerzo compartido, ya que para acceder a los créditos, las empresas deben realizar una inversión propia igual o mayor al 20% del crédito recibido, según los requisitos establecidos por el Ministerio de Industria, cuya titular Débora Giorgi asegura que las diferentes inversiones han sido destinadas a proyectos industriales que afianzaron el superávit comercial de la Argentina, con exportaciones de alto valor agregado. Todo este crecimiento se reflejó gracias a inversiones totales de las firmas beneficiadas por 15.883 millones de pesos, con el aliciente de que la mayoría aportaron productos para sustituir manufacturas importadas.
De acuerdo al informe oficial, el año pasado el país tuvo un saldo positivo en la balanza comercial del 24% con respecto al año anterior, señalando la incidencia de los 191 proyectos aprobados en 2012 que posibilitaron 10.566 nuevos empleos; aumentar las exportaciones en 4.341 millones de pesos y para sustituir importaciones por 2.884 millones en áreas clave como la siderurgia, metalurgia, laboratorios, plantas lácteas, maquinaria agrícola y agropartes, autopartes, neumáticos y electrónica. Además se asistió financieramente a sectores alimentarios y de servicios.
El apoyo a las Pymes es fundamental porque se trata del sector que moviliza la economía, como lo señala la historia del mundo desarrollado.
