El anuncio efectuado en el transcurso de la semana pasada por la presidente Cristina Fernández de Kirchner, referido a que antes de 2012 todos los alumnos de las escuelas secundarias estatales dispondrán de una computadora portátil, renueva la esperanza de que de una vez por todas se concrete esta iniciativa, anunciada en 2005.

Nadie duda que si queremos seguir el rumbo que están marcando los países que están en la vanguardia de la educación, hay que poner a disposición de alumnos y docentes las tecnologías del Siglo XXI, concientes de que si son utilizadas adecuadamente y se dispone de los programas educativos apropiados, pueden ayudar a mejorar las condiciones educativas en términos generales.

Hay que dejar en claro que una computadora portátil nunca reemplazará al docente en el proceso enseñanza-aprendizaje, pero sí contribuirá a que los estudiantes logren avances significativos en lecto-escritura y adquieran destreza en la búsqueda de información confiable, fomentando la investigación.

Todo esto será posible si al mismo tiempo en que se proveen las "netbooks" se implementan políticas de Estado en materia de educación, es decir lineamientos claros que perduren en el tiempo más allá de posibles cambios de gobierno, apuntaladas por un presupuesto acorde a las necesidades de todo este proceso.

El desafío de tecnificar la educación ya está planteado, sin margen para seguir postergando un proceso que ya debería estar en marcha. Ya lo han hecho varios países, caso de Uruguay donde se implementó un programa informático similar que según las primeras evaluaciones realizadas, ha dado muy buenos resultados.