Según alertan nuestros lectores, sigue activo un mercado negro de especies de la flora y la fauna autóctona, debido al marco de impunidad existente en nuestra provincia. Las aves silvestres son las más perseguidas por las ganancias que reditúa el tráfico ilegal.
Los escasos operativos oficiales, generalmente impulsados por denuncias anónimas, no consiguen frenar a los depredadores y tampoco los amedrentan las tibias penalidades cuando son sorprendidos in fraganti. Las actuaciones administrativas y judiciales se pierden en el laberinto de la burocracia, sin castigos ejemplares para crear una conciencia ambientalista.
En ese sentido la división Operaciones del Departamento Delitos Ambientales de la Policía Federal, ha dado un ejemplo que debe imitarse en San Juan, en las políticas proteccionistas. La citada dependencia procedió recientemente a liberar, en el partido bonaerense de Pilar, a más de 1500 aves de distintas especies rescatadas de sus cautiverios en lo que del año, en cumplimiento de la Ley de Fauna. Los allanamientos realizados para desbaratar bandas de cazadores furtivos, tránsito y comercialización de especies protegidas, concluyeron con el retorno a la naturaleza de las aves que permanecieron en el zoológico de Temaikén, ubicado en Escobar, mientras duraron las actuaciones, según lo informado.
Cerrar estos ciclos, de la forma descripta, es un reclamo de la ciudadanía para conocer fehacientemente la efectividad de la protección de las especies perseguidas, la recuperación de manos de los traficantes y lógicamente las sanciones que les corresponden.
