Calingasta tiene un gran potencial turístico. Un ejemplo es "Laguna Blanca".

Hablar de Calingasta es sumergirse en una rica historia cultural prehispánica, que merece ser redescubierta y difundida aún más de lo que se hace. Pero, también es proyectarse hacia un futuro que lo puede tener de protagonista con el desarrollo de la minería y el turismo, para potenciar la economía departamental, provincial y el progreso socioeconómico de sus habitantes. Este departamento sanjuanino hoy cumple 153 años de su fundación y con las posibilidades concretas de crecimiento. Pero, para saber más sobre la riqueza cultural, social y económica calingastina hay que remontarse a sus orígenes. Es que allá en la época prehispánica, Calingasta fue habitado por distintos pueblos denominados originarios, La Fortuna, Ansilta y Angualasto fueron las principales culturas que se desarrollaron en la región, los Huarpes también se asentaron en algunas zonas. Sin embargo fue dominada por los Incas, hasta la llegada de los españoles, en el siglo XVI. En esa época fue cuando los jesuistas se insertaron en Calingasta para imponer sus creencias. Como parte de esa conquista fue construida la iglesia "La Capilla", monumento histórico en la Villa Calingasta. En el gobierno de Camilo Rojo se impulsó como cabecera la Villa Maipú, distrito Tamberías. En 1869, la ley Provincial de Regímenes Municipal reconoció a Calingasta entre los 19 departamentos que hoy componen San Juan, según diversos historiadores. Ahora bien, una vez realizada su división política, Calingasta obtuvo una de las superficies más extensas entre los departamentos sanjuaninos con 55.589 km2. Según el último censo 2010, la población creció un 5%, con 8.776 habitantes. En su geografía se desarrollan actividades coma la agricultura, con producción de frutas y hortalizas. Tiene un área cultivada de 5.033 hectáreas, abastecidas con red de riego de canales impermeabilizados con cemento. En su superficie cultivada se destaca un 38% explotaciones forestales, 24% por plantaciones de frutas, destacándose la manzana. Otro 16% corresponde a las hortalizas donde sobresale el ajo. En menor significación les continúan las pasturas, vid, aromáticas y cereales. Los pastizales permiten el pastoreo del ganado como el caprino. En los valles también se destaca el turismo, el ícono de la actividad está en Barreal y con menor desarrollo, la minería. Precisamente estas industrias son el trampolín del futuro calingastino, si es que su pueblo y las instituciones trabajan unidos para lograr objetivos de desarrollo en todos estos ámbitos. Incluso se pueden sumar otras industrias como energía solar y eólica para generación de energía y lograr instalación de fábricas que puedan manufacturar productos para exportación. Por su parte en la minería se explota la bentonita y el sulfato. La bentonita constituye el principal recurso minero y se utiliza en la industria petrolera, la enología y yacimientos. Alcanza para el consumo interno y también se exporta a Brasil y Chile. Mientras, la ganadería es una buena fuente de recursos. En las vegas cordilleranas se practica "la veranada". Consiste en traer el ganado caprino desde Chile a los valles cordilleranos, que son espacios con buenos pastos naturales. Se llevan a cabo cuando las condiciones climáticas lo permiten: octubre-noviembre a marzo-abril. Calingasta cumple años y su futuro está unido por un hilo conductor desde la época prehispánica a un destino de progreso y desarrollo. Depende de los calingastinos.

Por José Correa   DIARIO DE CUYO