Allá, por la década del "70 la cultura adolescente en el ámbito local (o nacional) difería obviamente bastante de la presente. El joven que concurría -por ejemplo- a una escuela estatal, llevaba consigo un conjunto de libros, cada uno destinado a una materia. Nuestros padres se esforzaban por adquirirlos, comprándolos u obteniéndolos a través del trueque. Quien no recuerda aquel libro de matemática de Repetto Linskens Fesquet, que a veces con sus ejercicios de álgebra nos provocaba ansiedad, o el aún circulante libro de Historia de Ibáñez.

La cultura adolescente ha experimentado en las últimas décadas cambios fundamentales.

Si bien algunos docentes enseñaban de forma memorística, había otros que nos enseñaron a pensar, y de qué manera. Y si recordamos las diversiones de aquellos años, lo usual era ir al cine, ver dos películas; los sábados tomar una cerveza en "La Chilena", por decir un lugar, o ir a bailar a algunos de los boliches de la calle Sargento Cabral en Rivadavia.


La música estuvo influenciada por Los Beatles, surgiendo inolvidables bandas nacionales. El domingo para los varones, si había competencias, ir al autódromo del Zonda era una cita impostergable. Retomando el tema educativo-escolar, fue a partir de la década del "90 cuando el mundo comenzó a poblarse de esos pequeños aparatos llamados celulares, junto con internet y las consiguientes redes sociales. Fue un cambio en el mundo de las relaciones sociales, de las comunicaciones, de los vínculos interpersonales y por supuesto que en la educación, la magnitud de estos cambios fue tal, que la trastocó. En realidad los especialistas apuntan que esta revolución comunicacional acometió de manera tan rápida, que las derivaciones no pudieron controlarse.


Estos resultados parecen ser nocivos, en cuanto a su abuso. En la faceta del mundo adolescentes-estudiantes, se dice que este cúmulo híper-tecnológico se descontroló de tal manera, que lejos de ser beneficioso, se produjeron consecuencias que atentaron en detrimento de la educación o el sistema de enseñanza-aprendizaje. El tema, por ejemplo de practicar el "googleando", buscando temas, palabras, historias, ilustraciones, con sólo escribir el título o un indicio de los contenidos, es dañoso, produce una lectura rápida, superficial nada comprensiva, que a largo plazo puede cambiar la manera correcta de leer un texto. Esta práctica tan atractiva instala con relevancia las imágenes y los sonidos, colocando a los libros impresos "como personajes de segunda fila". En definitiva y no obstante toda la información disponible en internet, no fue aprovechada o controlada correctamente.


En cuanto a la vida social del mundo adolescente, los cambios también están conectados con el mundo tecnológico. Las diversiones bailables y demás recreaciones cambiaron su perfil. La mujer, en cuanto a su indumentaria se masculinizó, junto a su vocabulario, los varones tomaron como modelos otros paradigmas, siendo el núcleo de esta época la paulatina disminución de la falta de autoridad de los padres con sus hijos, la falta de una tutela rigurosa o lo que es más perjudicial, la disolución familiar.