Luego de más de cinco semanas de reposo, la presidenta Cristina Kirchner regresó a la Casa Rosada para tomar juramento a los nuevos miembros elegidos para la renovación parcial del gabinete, los ministros Jorge Capitanich, Axel Kicillof y Carlos Casamiquela.
Por primera vez, el kirchnerismo ensaya la incorporación de un jefe de Gabinete con peso político. Jorge Capitanich es un gobernador que viene de validar su liderazgo en el Chaco y es uno de los precandidatos a la presidencia del peronismo, lo podría insinuar la alianza de una presidenta con la dirigencia territorial del oficialismo.
El nuevo ministro de Economía, un área que no es precisamente el fuerte de la Presidenta, como sí lo era para Néstor Kirchner, simboliza dos valores supremos para esta gestión: fidelidad y radicalización. Proveniente de la izquierda dura, Kicillof es poco proclive a la negociación. Su formación es neokeynesiana y tiene la convicción de que ejercer el poder es la imposición de un modelo. Cuando estudiaba Economía en la UBA, fundó la agrupación de izquierda "Tontos pero no Tanto” (TNT), durante la década del 90. Kicillof asume con un equipo económico anclado en el ideario de los economistas TNT, que creen en que el Estado debe marcarle la cancha al capitalismo, a modo de una nueva "utopía revolucionaria”.
En una carrera vertiginosa, este economista ha sido el respaldo de la Presidenta a la hora de decidir la mayor expropiación de la historia argentina: el regreso de YPF al control estatal.
En esta área sensible del Estado, como es la economía, la salida de Guillermo Moreno despeja el camino al nuevo ministro. Probablemente, la renuncia del secretario de Comercio Interior no implique un cambio de política, pero es un hecho de significación, que en las próximas semanas se pondrá en evidencia si ha sido consecuencia de la debilidad política poselectoral o de un cambio de estrategia.
El nombramiento de Carlos Casamiquela en Agricultura parece ser un premio a una gestión ordenada en el INTA. Sus buenos modos ahora se pondrán a prueba cuando deba escuchar y responder a los reclamos de un sector clave como es el campo. Habrá que esperar para verificar cómo se armonizan los nuevos cambios con la idea de la presidenta de "profundizar el modelo”.
