Se puede deducir, por los pasos que están dando los principales rivales de Sergio Uñac en la carrera a la Gobernación de San Juan, que la estrategia para llegar primero a la foto finish del 14 de mayo está puesta en la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre la constitucionalidad o no de la tercera candidatura al hilo del pocitano. Decisión que, para colmo de males, puede aparecer o no antes de esa fecha. A pesar de fogonear las presentaciones judiciales en San Juan y la Nación, Marcelo Orrego orienta su estrategia de campaña proselitista lejos de la conflictividad política. Apunta a alejarse de los políticos, a separarse de la "casta", esa palabra que acuñó Javier Milei en la política argentina, cuyo autor no está ni siquiera en este continente. Del otro lado de la cancha, José Luis Gioja, a pesar de no haberse ido a la Nación con el chille legal, sigue con el discurso de la imposibilidad de Uñac para enfrentar nuevamente las urnas como candidato a gobernador e incluso por lo bajo empuja fuerte en redes con ese mismo discurso. De ninguno (Uñac, Orrego y Gioja) se escucha alguna propuesta todavía, aunque el primero al menos desplegó sus acciones de este año en el discurso del 3 de abril en la Cámara de Diputados y tiene casi dos gestiones en el lomo. El único que salió a proponer fue Marcelo Arancibia, aunque lamentablemente no estará entre los más votados. El abogado presentó algunas pocas ideas que, ante el desierto de ofertas que hay, resultaron al menos un pequeño oasis. Claramente Orrego y Gioja están esperando que la Corte les resuelva la campaña.


Según los números de Nación sobre empleo y actividad económica, San Juan debería estar atravesando uno de los mejores momentos de su historia y, en consecuencia, el Gobierno tendría que ostentar números de popularidad pocas veces vistos. Pero no es así. La opinión pública está enojada, y con razón, porque lo que se gana por mes nunca alcanza. La inflación que el Gobierno nacional no puede controlar está impactando en todas partes, y San Juan no es una isla. Las paritarias politizadas tampoco ayudan, ya que resultan un placebo mentiroso que termina por desafiar los ánimos de cualquiera. La algarabía de una victoria en paritarias dura lo que el Indec en dar a conocer el índice de precios. Las inversiones tampoco llegan porque no somos un país con garantías y los mineros lo saben muy bien. Mientras el Gobierno nacional no pueda acortar la brecha entre el dólar que todo mundo comercializa y el que dispone el Banco Central, las nuevas inversiones estarán complicadas.


Lamentablemente no hay nada que los candidatos a gobernador de una provincia ínfima como la nuestra puedan prometer para cambiar ese escenario, pero hay ciertas decisiones locales que tomar para impedir que esas torpezas nacionales terminen hundiendo también este añejo avioncito de cabotaje. Por ejemplo, hizo muy bien la provincia en impulsar la exploración minera, que es un negocio que puede escaparle a la brecha entre dólares y que provocó cifras récord en inversión durante el año pasado en San Juan y el promedio del país. Se puede decir que al sector hoy le conviene más explorar que explotar y vender, y es lo que están haciendo muchos. Ese es un problema sanjuanino a resolver. ¿Qué proponen Gioja y Orrego para que los mineros no se vayan de San Juan? Uñac ya está haciendo lo que se hace, y eso será sometido a votación. La gente lo conoce, lo aplaude o lo repudia, pero es verso conocido. Lo que no sabemos es qué harían los otros candidatos en idénticas circunstancias. Y cito este ejemplo de la minería y la inflación como uno de muchos.


Esta semana, para colmo, hubo un antecedente llamativo y decidor a la vez. Mientras se multiplicaban los llamados, las definiciones políticas y la cobertura de los medios acerca del dictamen de la Procuraduría de la Nación sobre la candidatura de Uñac y las presentaciones de Unidos por San Juan, Orrego publicaba en Instagram una foto suya practicando judo cuando tenía 10 u 11 años. Si bien hay que separar la ansiedad de los medios por alguna declaración picante en épocas de campaña y en minutos álgidos, quizás esta acción del diputado nacional en las redes sociales puede tomarse como la confirmación de la estrategia "mileísta" del santaluceño: pararse del otro lado de la casta. Orrego apunta a ser político sin parecerlo. La estrategia no es mala porque los ánimos de la gente efectivamente están caldeados. La pregunta es si los adherentes a esa forma de hacer política prevalecerán por encima de los (pocos o muchos) que tienen dudas porque no saben qué quiere hacer Orrego con San Juan. Es una carrera de final incierto. El diputado se puede dar ese lujo, además, porque no tiene que tomar decisiones de peso. Uñac, no. 

Fabián Gramajo, intendente de Chimbas.


Gioja, por su lado, apunta a contradecir todo lo que la gente piensa de él. Si está entrado en años, él dice que es "sabio"; si está débil, él dice que está "fuerte". Tampoco está mal en términos de campaña política y pegó bastante el "Vuelve". El problema es que probablemente muchas personas empiecen a darse cuenta que, en realidad, lo que quiere hacer es esconder sus debilidades y que estas, al final, terminen fluyendo. Tampoco está hablando de las soluciones a los problemas, porque quizás incluso ni los conozca por el tiempo que lleva sin gobernar. Al igual que Orrego, puede escaparle a las definiciones de coyuntura, simplemente porque no tiene que gobernar. De igual manera el caso de Gioja es especial, porque condujo la provincia durante 12 años y probablemente de los tres o cuatro candidatos citados en estas líneas, sea el más conocido o quede en el segundo lugar. 


En medio de este berenjenal proselitista, el giojismo parece poner una buena cantidad de fichas en la figura de Fabián Gramajo, el intendente chimbero que pasó del uñaquismo al giojismo seducido por la candidatura a vicegobernador que, a última hora, le regaló Gioja. Como el diputado nacional, el jefe comunal del norte sanjuanino también está convencido de que la Justicia no le permitirá a Uñac ser candidato y planteó hace tiempo que había que armar un plan B por si eso ocurría. Por supuesto que esa segunda posibilidad lo tenía a él mismo como cabeza de lanza. Pidió ser candidato a vice de Uñac o que lo dejaran armar una lista propia para competir con el Gobernador y el legislador. En la última reunión entre Uñac y Gioja apareció la figura del chimbero y ambos acordaron no tirarse "gramajitos", lo que provocaba que el chimbero se quedara con una proporcional, la diputación departamental y la promesa de medirlo luego para una hipotética candidatura a cargos nacionales, al lado de Uñac. Un negocio bastante interesante pero no la Vicegobernación. Hasta el domingo antes del martes cuando cerraba el primer plazo para anotar candidaturas, operadores del Gobernador firmaban en cualquier parte que Gramajo aceptaba el acuerdo, pero Gioja terminó anunciando al intendente chimbero el lunes al mediodía. Como nunca al exgobernador le ganó la ansiedad, porque una vez conocido el dato, Uñac tuvo más de 24 horas para armar las miles de listas chimberas que, seguramente, algún impacto negativo tendrán en la figura de Gramajo. En el uñaquismo dicen que esas horas fueron vitales y que, gracias a la nueva Lemas, probablemente terminen amortiguando el balazo de la fuga del chimbero. Admiten que si Gioja postergaba su anuncio al martes, los ponía en serios problemas.


En el uñaquismo más cerrado juran varias veces que el Gobernador viene subiendo en las encuestas y que los diputados nacionales se estancaron. Admiten el impacto del conflicto docente, pero dicen que si esta curva continúa como hasta ahora, tienen asegurada la victoria. Por supuesto en el búnker de Gioja y la oficina de Orrego dicen lo mismo, pero exactamente al revés. Cosas de los políticos. 


Pero ya que se habla de la Corte Suprema de Justicia, ¿hay alguna señal para adivinar cuál será la decisión final? Ninguna. El fallo de la Procuraduría de días atrás es un paso más formal que otra cosa y ya ocurrió en algunos otros casos. La Procuradora opinó que la Corte no debe tomar el expediente, pero lo mismo dijo en casos anteriores y el máximo tribunal de igual forma se involucró y terminó zanjando diferencias a favor de quienes habían presentado los pedidos de inconstitucionalidad. Los miembros de la Corte, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti, están en otros problemas más graves y muy enfrentados con el Gobierno nacional y con Cristina Fernández en particular. Tienen que sortear un juicio político que les inició el Gobierno nacional con apoyo de 11 gobernadores (entre los que no está Uñac) y de una tendalada de militantes y organizaciones kirchneristas de todo el país. El giojismo habla de algunos vínculos con Maqueda, y gente de Orrego asegura tener información a través de algún que otro secretario del tribunal y últimamente con el abogado Christian Cao. En la oposición dicen que Gil Lavedra también les dio alguna garantía. Ambos, Cao y Gil Lavedra, tienen estudios de muy alto caché y contactos en toda la Justicia federal. Lo cierto es que nadie sabe si el tribunal federal va a tomar el tema y lo único que se hace es opinar en base a antecedentes, que no es lo mejor.