Según el nuevo ministro de Ciudadanía e Inmigración de Canadá, Chris Alexander, el programa de su país de dar 2750 visas a jóvenes emprendedores extranjeros pronto podría ser ampliado. "’Si tenemos éxito y logramos atraer la clase de gente que deseamos, confío en que ese número de visas aumentará”, expresó. Y son bastante agresivos para lograr su propósito: recientemente, Canadá colocó un enorme cartel en una autopista de Silicon Valley con la leyenda: "’¿Problemas con la Visa H-1b? Vire hacia Canadá”.
Alexander me dijo que, bajo el nuevo programa canadiense, si un joven extranjero que vive en Silicon Valley, tiene una gran idea y recibe un mínimo de u$s 75.000 de un inversionista de Canadá, "’se le concederá residencia permanente, con la capacidad de convertirse en ciudadano”. Y una vez que se apruebe al candidato, "’el proceso de darle visas es relativamente rápido, y el porcentaje de aprobación muy elevado”, señaló.
El programa Startup-Chile, ofrece u$s 40.000 de ayuda, oficinas gratis y visas de trabajo a extranjeros con proyectos internacionales, ya tiene 7200 postulantes. Por otra parte el programa Startup Brasil, ofrece u$s 100.000 en ayuda y oficinas gratuitas. Este programa, a diferencia del chileno, está más dirigido a emprendedores nacionales, y sólo un 25% extranjeros.
En comparación, el proyecto de ley de inmigración de Estados Unidos, aprobado por el Senado -pero bloqueado por los republicanos de la Cámara baja- sólo ofrece una "’visa de inversor no-inmigrante” por tres años renovable, pero con condiciones muy exigentes para convertirla en visa permanente que conduzca a la ciudadanía, como generar ingresos anuales de u$s 750.000.
Las empresas tecnológicas de EEUU están frustradas con las restricciones inmigratorias que les impiden contratar a científicos y técnicos extranjeros graduados en las mejores universidades estadounidenses. Muchas de ellas -incluyendo Microsoft- ya establecieron laboratorios en Vancouver, Canadá, para ponerlos a trabajar allí. Más dramático aún -creí que era broma-, se ha lanzado un plan para crear una comunidad flotante de emprendedores, en un crucero anclado en aguas internacionales a 12 millas de la costa de San Francisco. El proyecto "’Blueseed”, ofrece la posibilidad de estar cerca de Silicon Valley sin necesitar visa de trabajo de EEUU, y trasladarse todos los días a tierra en un ferry. Más de 1.400 emprendedores de 68 países están interesados.