Vamos a restringir el comentario a sólo tres candidatos que son los que tienen casi iguales posibilidades de hacerse de la intendencia del segundo distrito en cantidad de votantes. Hay otros cuyo éxito se medirá en relación a objetivos más modestos como obtener cierto porcentaje e incorporar algún miembro al Concejo Deliberante lo cual, llegado el caso, les permitiría crecer o sentarse a la mesa de alguna negociación.


Primero digamos que los ciudadanos tienen esta vez la suerte de poder elegir entre buenos. Veces ha habido en que se votó al menos malo y hasta al más malo. El votante de Capital fue hasta antes de Guillermo Barrena en el ’87, netamente antiperonista, ganaban casi siempre bloquistas y salían segundos los radicales. Igual, Barrena ganó por 4 votos después de un recuento para el infarto en el estadio Cantoni. El segundo fue Eduardo Bazán Agrás, bloquista. Después vino Menem en la Nación y en la Provincia Jorge Escobar que arrastraron a Daniel Coll a la intendencia pero sólo en su segundo mandato, porque en el primero gobernó el bloquista Javier Caselles, que había presidido el Concejo. En el ’99 Alfredito Avelín de la Cruzada Renovadora fue la proeza más importante en la carrera profesional del publicista político Daniel Soler, un mago para conseguir que un candidato de menor rango y sin plata, ganara nada menos que al propio Coll, que pretendía la reelección, a Roberto Basualdo quien venía con todo el impulso que se ratificaría luego con sus cargos de diputado y senador nacional durante los 20 años que terminarán con su mandato en 2023 y Nélida Martín, a la postre Senadora y ex Ministra de Economía. Enrique Conti cerró y parece que para siempre la tradición bloquista y el peronista Marcelo Lima habría de comenzar con la tendencia que se mantiene hasta hoy con sucesivos gobiernos del justicialismo, dos propios y uno por terminar de Franco Aranda. Han pasado muchos años y, con las nuevas generaciones, ha desaparecido aquél rechazo a los excesos que se atribuyeron al primer y segundo peronismo, del cual el último intendente fue Pedro Salvador Rodríguez cuando al intendente lo elegía el gobernador. Rodríguez no llegó por el voto popular sino por un acuerdo que debió sellar Eloy Camus con la CGT para asegurar su triunfo en la segunda vuelta del ’73. Hecha la aclaración vayamos al asunto. Los tres candidatos son: Rodolfo Colombo por lo que sería la representación local de Cambiemos, el actual Intendente Franco Aranda del PJ y, contra él, en la interna peronista, el actual Ministro de Gobierno de Uñac, Emilio Baistrocchi. A diferencia de otras veces, los tres son nombres de gran estima en la ciudad, con familias tradicionales y que no sufren de entrada rechazos viscerales de nadie. Esta vez será una competencia sin prejuicios, la campaña será la clave. El padre de Colombo fue el ilustre dirigente radical y diputado nacional Ricardo Colombo y ha vivido siempre en el centro mismo, en la calle Mitre con excompañeros en la Escuela Normal que fundó Sarmiento y secundaria en San Francisco, abogado de la UBA y actual titular de la UDAI Anses. Su padre, penalista reconocido solía sugerir: ‘decí que te defiende Colombo‘ ante la primera consulta de algún afligido. Aranda, además de ejercer la administración actual, debe estar registrando el 100% de conocimiento público y tiene asiendo electoral en el barrio más numeroso por votantes, Concepción. Deportista destacado en la disciplina más popular que es el hockey, estuvo jugando en Italia, su padre fue Ministro y su hermana gran economista, tiene título de grado en administración. Baistrocchi viene de otra familia tradicional por padre y madre (Adriana Guimaraes) y son dueños de uno de los principales y mejor calificados colegios privados bilingües de San Juan, también es abogado. Los tres apellidos meten miedo de verlos en la boleta de al lado. La primera ronda será la primaria entre los dos PJ, Aranda y Baistrocchi. El Ministro juega con el apoyo del Gobernador y la estructura partidaria, pero, en estos tiempos, eso no es decisivo y hasta puede jugar en contra como le pasó a Dante Elizondo en 2015. No fue suficiente que su mentor fuera Gioja y su soporte el de todas las juntas departamentales. Igual, de jugar coordinadamente, el aparato está calculado que puede aportar hasta un 15% a favor.

Aranda tiene la ventaja de la gestión, que no es mal vista y la tradición de que un intendente tiene que ser muy malo para que la gente no lo reelija. Este nivel de funcionario está en las cosas cotidianas, como pavimento, cuneta, plaza. Su manchón en campaña será la peatonal aun sin terminar y con muchas críticas. Rodolfito, como se conoce a Colombo pese a que ya cuenta sus años, tiene sentados todas las mañanas a unos 300 jubilados que tienen hijos y nietos, ha agilizado los trámites, se puede atribuir la reparación histórica y los créditos a los más viejos y personalmente sirve café y tortitas todos los días a quienes esperan, es ‘fachero‘ y el que mejor da para las fotos.

Los demás, que tendrán sus votos, ejercerán una influencia indirecta. No sería de extrañar que alguno de los que puntea levante a uno de ellos para que le muerda los talones a alguien y le reste posibilidades. Está claro que la pelea será siempre entre dos, por ahora Aranda versus Baistrocchi y, recién luego, el que gane contra Colombo. Es posible que la competencia entre dos justicialistas en las PASO del 31 aliente al ganador o todo lo contrario. Para saber si los votantes de uno podrían pasar al otro hay que estar muy adentro de la interna del partido. Por ahora, el ‘indio rubio jr‘ mira desde la vereda y prepara sus armas para el mes que viene.