Carlos Gardel


Carlos Gardel constituye el símbolo inmortal del tango rioplatense. Desde el año 2003 es considerada su obra como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, junto a la Novena Sinfonía de Beethoven -entre otras- integran la Memoria del Mundo, legado indiscutible de la cultura y de la tradición de los pueblos. Ayer se cumplió el 84to aniversario de su muerte, ocurrida el 24 de junio de 1935 a los 44 años de edad en Medellín, Colombia. Había nacido en el Hospital de Saint Joseph de la Grave, en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890 como hijo de Bertha Gardes, soltera y de padre desconocido. Arribó en el vapor "Don Pedro" a Buenos Aires, junto a su madre, tres años después. Existe una profusa bibliografía sobre su vida y trayectoria profesional. Un gran aporte es el del profesor Simon Collier -un norteamericano apasionado del tango que se adentra en la saga gardeliana para estudiar la historia del tango y la cultura latinoamericana y rioplatense. Otros estudiosos de Gardel, Julián y Osvaldo Barsky que lo consideran como un personaje casi irreal. Gardel se crió en el arrabal porteño, con el fruto del esfuerzo de su madre planchadora de artistas, a quien siempre acompañó con devoción. A principios del siglo, se conoce su paso por el colegio salesiano Pío IX, cantando en el coro junto al indiecito -luego beato-, Ceferino Namuncurá. Allí se ganó el apodo del "francesito que canta muy bien". En su adolescencia, frecuenta el popular barrio del Abasto. La escena política del momento estaba dominada por el Partido Autonomista Nacional y Gardel se las rebusca cantando en reuniones políticas por unas pocas monedas. Años más tarde, se reunía junto a sus amigos payadores Gabino Ezeiza, De Nava y Betinotti. Si bien "el morocho del Abasto" no era afecto a las payadas, estilo que obligaba a improvisar el canto con versos, su voz siempre sobresalía. Aparece por entonces el eximio guitarrista sanjuanino Saúl Salinas, apodado el "víbora" -y considerado por muchos como el verdadero creador de la tonada- forma un dúo con Gardel y luego ambos se unen a Francisco Martino y José Razzano para formar un cuarteto para actuar en el interior de Buenos Aires. Gardel y Razzano continúan cantando juntos. Así comienza su desarrollo profesional. Graba sus primeros discos con su nombre. Incursiona en el cine mudo, pesando 120 kilos, lejos de la figura de galán que conocemos. Con "Mi noche triste" nace el tango cantado en lunfardo y con temática de la vida sufrida y cotidiana, con letra de la escuela de la calle. Su encuentro casual con Titta Ruffo y Enrico Caruso, los máximos exponentes de la lírica de la época, lo motivan a perfeccionar su voz de manera profesional hasta alcanzar el registro perfecto -barítono-. Grandes firmas lo contratan por su voz y su manera de cantar. Se preocupa por su imagen y se convierte en un galán de cine. "Ejerce una suerte de encanto magnético sobre el público", decía el título del diario francés "Le Figaro", al describir como un "éxito total". El 3 de julio de 1933, Gardel presentó su espectáculo en el Teatro Cervantes, frente a la plaza 25 de mayo de la ciudad de San Juan. Casualmente ese día, moría Hipólito Yrigoyen. Con los contratos, las giras y su reconocimiento a nivel mundial, ganó una gran fortuna que no conservó por mucho tiempo dada su afición por los caballos de carrera y su generosidad sincera con sus amigos y necesitados a los que ayudaba. 

  • Placa recordatoria

En el año 2015, al cumplirse otro aniversario de su trágica muerte en Colombia, el historiador Dr. Simón Peña Figueroa y el CPN y periodista Diego Salinas, viajamos al departamento Manrique y sobre calle Cuesta Abajo colocamos una placa recordatoria en homenaje a Carlos Gardel.

Por el Dr. Guillermo M. Sansó
Médico