El 3 de enero de 1833 tropas inglesas desplazaron por la fuerza a los habitantes e instituciones argentinas que funcionaban allí luego de que el país culminara su proceso de independencia y quedara como heredera legítima de los territorios que antes pertenecían a España. Desde este desplazamiento e invasión inglesa, sucesivos gobiernos argentinos han pedido, a través de vías diplomáticas y sin resultados favorables, abrir el diálogo para encontrar una solución a este conflicto. Pasaron los años y muchas décadas, hasta que en noviembre de 1973, se sancionó en Argentina la Ley 20.561, con la cual se fijó el 10 de junio como día oportuno para expresar y reafirmar el reclamo de soberanía sobre los territorios de las islas Malvinas Georgias y Sandwich del Sur, actualmente bajo el dominio del gobierno británico. La elección de esta fecha radica en que el mismo día, pero de 1829, se creó la primera Comandancia Política y Militar, cuya gobernación se designó a Luis Vernet, a quien, de esta manera, se lo convirtió en el primer gobernador de las islas Malvinas y adyacencias al Cabo de Hornos.

Imagen de las Islas Malvinas, cuya soberanía es reclamada por Argentina,
lo mismo que las islas Georgias y Sandwich del Sur.


La historia indica que en 1965, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció el conflicto y lo entendió como un acto de colonialismo que atenta los derechos humanos básicos, pone en riesgo la seguridad internacional y contradice la Resolución 1514 (1960), la cual exhorta a los países que aún mantienen colonias a disolverlas. El reclamo de Argentina está acompañado por numerosos países latinoamericanos, la ONU y la Comunidad Internacional.


La negativa al diálogo encubre, asimismo, una injustificada presencia militar británica en el Atlántico Sur, así como la ilegítima apropiación de recursos naturales renovables y no renovables. Cuestiones estas que generan una creciente preocupación en la comunidad internacional, conforme ha sido expresado, entre otros foros, por la Cumbre Ministerial de los países de la Zona de Paz y Cooperación del Atlántico Sur, celebrada en enero de 2013, en Montevideo, Uruguay.


La obstinada intransigencia británica no sólo desoye las citadas exhortaciones de la comunidad internacional, sino que incumple la obligación que pesa sobre todos miembros de la ONU, de resolver pacíficamente las disputas internacionales. La condición del Reino Unido de "Miembro Permanente del Consejo de Seguridad", no sólo no lo exime de sus obligaciones internacionales, sino que más aún, tal asiento y los privilegios que conlleva le demanda una responsabilidad especial como garante de la paz y seguridad internacional, responsabilidad que abandona al rehusar al diálogo con la República Argentina.


En memoria de aquellos patriotas y pioneros que fueron expulsados de nuestra tierra en 1833 por un invasor que reclamaba territorios a 14 mil kilómetros de distancia, los distintos gobiernos de la República Argentina siempre reiteraron, a través del tiempo, su derecho inalienable sobre las islas, así como su firme disposición a reanudar las negociaciones con el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a las que exhorta las Naciones Unidas para dar punto final a esta inaceptable como anacrónica situación colonial.

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Si bien fueron 23 los soldados de San Juan que murieron durante la guerra, 21 de ellos eran parte de la tripulación del ARA General Belgrano. Mientras que los otros dos combatientes fueron abatidos en suelo malvinense. Se trata del cabo principal Agustín Hugo Montaño y el teniente Oscar Augusto Silva. Sus familiares contaron que ambos están identificados desde el final de la guerra, por lo que sus cruces tienen inscriptos sus nombres.