Tarjetas enviadas por Kelly y una de las entretenidas charlas en Madrid.

Activista, periodista y dirigente político, protagonizó escenas polémicas a lo largo de casi toda su vida. Declarado peronista de derechas, Guillermo Patricio Kelly padeció como tantos las consecuencias de los golpistas de la "Libertadora" que sacó a Juan Perón del gobierno el 16 de septiembre de 1955. Entonces se lo acusó de provocar "incendios en templos cristianos, asociación ilícita y otros delitos menores". Con los años era considerado un receptor de informaciones espectaculares que denunciaba en su revista, en otros medios y hasta ponía en manos de los jueces. Llegó a provocar la detención del almirante Eduardo Massera por el secuestro y desaparición del empresario Fernando Branca, esposo de la amante del marino. Y también entregó pruebas que apuntaban a la responsabilidad de este ex dictador en las misteriosas muertes de Helena Hollemberg y del publicista Marcelo Dupont. Ex jefe de la Alianza Libertadora Nacionalista, Kelly se fugó en 1957 del penal de Río Gallegos, como muchos recordarán, disfrazado de mujer, junto a John W. Cooke, Héctor J. Cámpora, Jorge Antonio, Pedro Gomis y José Espejo, entre otras destacadas figuras justicialistas, que habían sido encarceladas tras el golpe de 1955.


A su Alianza se le atribuyeron muchas cuestiones, desde antijudaísmo hasta fascismo, pero lejos de la violencia de Montoneros, ERP, Triple A y otras organizaciones que aparecieron en los años 60 y 70. En varias ocasiones acompañé como periodista a Kelly durante sus frecuentes y veloces visitas a Madrid, cuando me desempeñaba como adjunto de la corresponsalía de la Editorial Atlántida en España, a cargo del periodista argentino Esteban Peicovich, ya que sus movimientos en esa capital como en otras ciudades del mundo, a donde viajaba en busca de información, eran siempre noticia. Sobre todo por "la puesta en escena" que en cada ocasión preparaba Kelly con esmero, ya que conocía muy bien el interés periodístico y disfrutaba de su presencia frecuente en los medios. En mis charlas con él, varias de las cuales se produjeron en densas guardias periodísticas frente a la casa de Isabel Perón, del coronel croata amigo de Perón de apellido Bogetich, así como en el hotel "Emperador" de la Gran Vía madrileña, donde se alojaba siempre, me confiaba sus deseos de "desenmascarar" y "destapar ollas" de todos los que habían provocado "actos de corrupción" y hubiesen sido "desleales a la memoria de Perón" en el último gobierno de Isabel; sobre todo ponía énfasis en conocer "las cuentas de López Rega en bancos suizos". En 1985, un día ingresó a la iglesia madrileña de Los Jerónimos a donde Isabel iba a misa diaria, y mientras rezaba de rodillas, le susurró al oído, en mi presencia: "Cuándo vas a decir que vivís aquí; tenés que contar todo sobre la Triple A". Sin embargo, Kelly nunca quiso revelar de dónde obtenía el dinero para desplazarse por el mundo. Su búsqueda de información no sólo tenía como escenario Madrid, sino también otras ciudades europeas, como Roma, Milán, Paris, Londres y varias de los Estados Unidos. Desde esas ciudades me enviaba tarjetas con sugerentes mensajes entre preocupantes y graciosas.


Murió a los 84 años el 1 de julio de 2005 víctima de un cáncer terminal en el Hospital Alemán de la Ciudad de Buenos Aires.