Una sorpresiva visita. Otro hecho histórico del que es protagonista el papa Francisco, quien viajó el lunes pasado a la secular Suecia. El motivo: conmemorar el 500 aniversario de la "Reforma Protestante'': Se trata de un gesto llamativo, dado que la orden jesuita a la que pertenece el líder católico, se fundó para defender la fe contra las "heréticas'' reformas de Martín Lutero hace cinco siglos. 


Tanto el Vaticano como la Iglesia luterana insistieron en que el acto no se trataba de una "celebración de la rebelión de Lutero''. En cambio, señalaron, que "fue una solemne conmemoración para pedir perdón por el cisma en la cristiandad occidental y celebrar la mejora de las relaciones en las cinco últimas décadas "de persecución religiosa''. 


Francisco ha priorizado esta clase de encuentros de profundo simbolismo para demostrar que aunque divididos en su dogma, los cristianos pueden y deben trabajar y rezar juntos, especialmente en épocas de persecución religiosa. 


Mientras que teólogos luteranos y católicos prosiguen con su lento diálogo doctrinal iniciado hace 50 años, el Papa pretende acercar a los 1.200 millones de creyentes católicos a sus hermanos protestantes. 


La historia de este cisma comienza el 31 de octubre de 1517. Ese día, el fraile alemán, Martín Lutero, clavó sobre las puertas de la iglesia del Palacio de Wittenberg, un documento que contenía 95 tesis. En ellas Lutero criticaba con dureza a la Iglesia Católica y a su doctrina. Ya la Iglesia se había enfrentado a críticas como las del fraile, por lo que el Papa León X no le dio la importancia a las tesis de Lutero, al que calificó de "borracho''. No vio venir al mayor cisma que le haya tocado vivir a la Iglesia en toda su historia. 


La Iglesia amenazó a Lutero con la excomunión. Lutero respondió que no se sometía a "leyes al interpretar la palabra de Dios''. Entonces León X lo excomulgó. Pero ya no había nada que pudiera evitar el cisma. Gracias a la imprenta (inventada en el siglo XV) y al apoyo de algunos monarcas, su obra se difundió por todo el continente. Ese fue el inicio de una rebelión a la que hoy se conoce como Reforma Protestante. Una que sobrevivió a la muerte de Lutero, en 1546, y que cambió el mundo de varias formas.  


En primer lugar fue un durísimo golpe para la Iglesia, uno del que aún no se repone. No sólo se cuestionó su poder, con la Reforma se dio origen a una doctrina en la que el creyente no necesitaba del cura para acceder a la palabra de Dios. Parece algo menor, pero no: se trata, ni más ni menos, que del fin del monopolio de la palabra.  


La Iglesia se dio cuenta pronto de esto y desplegó una violenta Contrarreforma y varios monarcas la apoyaron. Al principio, y durante siglo y medio, fue un baño de sangre: una masacre tras otra. 


Un ejemplo de ello fue el de la "Noche de San Bartolomé'', en 1572, cuando miles de seguidores de Juan Calvino, otro protagonista de la Reforma, fueron asesinados en Francia. El climax fue la "Guerra de los Treinta Años'', entre 1618 y 1648, que enfrentó a protestantes y católicos. Fue necesario un acuerdo de paz, conocida como "la Paz de Westfalia''. Para ponerle fin a este conflicto: Europa le ponía punto a final a las guerras de religión.  


Pero la influencia del protestantismo iba a ser mucho mayor. Iba a ser fundamental para el origen del capitalismo moderno, como lo expone el sociólogo alemán Max Weber, en su obra "La Etica Protestante y el Espíritu del Capitalismo''. Como también iba a ser fundamental en el nacimiento de los Estados Unidos de América, a finales del siglo XVIII. En la actualidad, esta nación, es uno de los países con la mayor población de protestantes del mundo, aunque se encuentren separados entre varias ramas, como los menonitas o los anabaptistas.  


El protestantismo, en sus diferentes versiones, se fue diseminando por el mundo. En el presente hay, por lo menos, 800 millones de protestantes en el mundo. La mayoría de ellos, paradójicamente, fuera de Europa, en países de América latina. En algunos regiones como Chile, Brasil o Colombia, el número de iglesias evangélicas aumentó exponencialmente, y estas han adquirido influenciar en la política.  
El poder de los protestantes ha sido reconocido por la misma Iglesia Católica, como lo evidencia la visita del Papa Francisco a los luteranos en Suecia, uno de los protagonistas de la "Guerra de los Treinta Años'', como miembro del bando protestante.  


Ante todo lo acontecido durante estos 500 años, el papa Bergoglio le dijo a una revista sueca que "Lutero tomó un paso decisivo poniendo la palabra de Dios en las manos del pueblo. La importancia de las reformas y de la Biblia son dos de los elementos fundamentales en los que podemos tener un aprecio más profundo al hablar de la tradición luterana''. 


Palabras a destacar si se recuerda que Lutero, en su momento, calificó al Papa como el anticristo. "Necesitamos aprender a trascender nuestras limitaciones para juntarnos con otras personas, si no lo hacemos, los cristianos resultaremos dañados por nuestras divisiones. Mi esperanza es que podré tomar pasos para acercarnos unos a otros, para acercarnos a mis hermanos y hermanas que viven en Suecia', sostuvo Francisco al recordar estos cinco siglos de Reforma.