Llegar a destino es, para la mayoría de los viajeros que circulan por las rutas argentinas, una odisea. En este mes de enero, en el que las vacaciones movilizan a millones de argentinos por el país, las deficiencias han vuelto a quedar al descubierto y las quejas de los automovilistas se convirtieron en una rutina.
Las autopistas se extienden en el territorio nacional a razón de 26 kilómetros por año, según datos de la Fundación Metas del Siglo XXI, y apenas suman 1.500 kilómetros sobre su vasta superficie. En total, la red vial de la Argentina tiene 242.481 kilómetros, de los cuales 77.986 son pavimentados. El resto es de tierra, ripio o sólo con mejoras. Buena parte de esos caminos asfaltados que da cuenta el Consejo Federal Vial, se encuentran en malas condiciones. Por esas vías se mueve alrededor del 85% de las cargas transportadas.
Las precarias conexiones entre ciudades y áreas productivas consisten en calzadas de doble vía, sumamente angostas y, consecuencia de ello son dos problemas: por un lado, la inseguridad vial. Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, la cifra de muertos en accidentes descendió respecto del pasado, pero el número anual aún es mayor a 5.000. Además, los tiempos de circulación y los costos operativos encarecen los fletes. El colapso vial también encuentra una explicación en la masa de rodados que ingresó al parque automotor.
Si todos los vehículos patentados en 2012, que equivalen a 840.678, formaran una fila sobre la red nacional, cubrirían los 3.500 kilómetros que separan a Jujuy de Río Gallegos. La hilera de 2011 hubiera llegado aún más al Sur, ya que los patentamientos registraron en 2011 un pico histórico: 858.024. Esta buena noticia para la industria tiene como contracara un desborde, en especial, de las arterias troncales. El motivo es la falta de previsión e inversiones, tal como la que generó inconvenientes en el abastecimiento de combustibles, en medio de una merma de estaciones de servicio.
Y las cargas impositivas aplicadas al combustible para la red vial no tuvieron correlato en los caminos. En promedio, cada autopista demora en Argentina, 22 años en ser construida. Una de las provincias que está a la vanguardia en la construcción de autopistas es San Luis, que el año pasado inauguró una autopista de 256 kilómetros. Así acumuló 800 km de este tipo de vías, mientras que en el país hay apenas 1.500 kilómetros.
No será fácil revertir el déficit de rutas del país, ya que las obras demandan presupuestos crecientes, y la evolución del costo de la obra vial tipo subió 22% en 2012.