En los próximos días comienza a tratarse en la Cámara de Diputados de la Nación, un proyecto destinado a unificar el precio de los combustibles, para corregir las notorias diferencias que existen en todo el país, perjudicando al interior.
El tema ha sido reflotado por el diputado mendocino Enrique Thomas, ante la brecha que exhiben los precios de las naftas, el gasoil y el GNC, que llega hasta un 15% en diversas ciudades y poblaciones del interior con respecto a los valores de la Capital Federal y conurbano. Se trata de una regulación necesaria, que el año pasado tuvo receptividad en el Senado, aunque el proyecto 2288/09, no llegó a tratarse en ese período ordinario.
El problema surge de las distorsiones que perjudican al consumidor de las localidades que no son rentables para las petroleras; también por no existir estaciones de servicio de esas compañías y por diferentes cargas fiscales provinciales. Todo esto, sin considerar que los menores precios de la Capital Federal son testigos de las estadísticas oficiales. Para terminar con esa discriminación, debido a los precios privilegiados que pagan los porteños, la iniciativa prevé fijar un valor común para todo el país -salvo el régimen especial que rige en la Patagonia-, con los valores vigentes en la Ciudad de Buenos Aires.
Se trata de otra asimetría en la cual el interior del país subsidia a la economía de la Capital, gracias a medidas políticas que no tienen nada que ver con el componente tributario ni la logística del sector. Es así que un automovilista vecino a la planta de Luján de Cuyo pague la nafta 12,5% más cara que en la Capital Federal y que San Juan esté entre las provincias que soportan los mayores precios de la Argentina.
